"No poder ser uno mismo, sentir que no eres suficiente en algo...". El síndrome del impostor implica creer que no se es 'suficientemente bueno en algo' (inteligencia, creatividad...), a pesar de que las evidencias indican que sí lo eres, y sentirte como un impostor en tu propia vida (como si tus éxitos no estuvieran dependiendo de ti).
Este concepto lo solemos escuchar en el ámbito profesional, pero también surge en las relaciones personales, especialmente en el terreno de la amistad, como la sensación de no ser 'lo suficientemente bueno' para los amigos que tienes, o de pensar que si descubren quién eres realmente dejarán de quererte.
¿Cómo saber si lo experimentas con tus amigos? Si puedes responder "sí" a estas preguntas, es probable que este fenómeno te esté afectando.
1) ¿Sientes que tus amigos te valoran por una versión de ti que no reconoces como real?
Esta es una de las señales más habituales. Cuando tus amigos te elogian o reconocen tus cualidades, puede que sientas que no lo mereces, como si estuvieran viendo algo que tú no percibes en ti mismo. La desconexión entre cómo te ven los demás y cómo te ves tú genera una sensación de impostura constante.
2) ¿Te cuesta pedir ayuda o mostrar tus emociones por miedo a ser una carga?
Si evitas hablar de tus problemas o pedir ayuda incluso cuando la necesitas, puede que el miedo a parecer demasiado demandante esté actuando como un freno.
Las personas con síndrome del impostor en la amistad suelen preocuparse en exceso por no molestar o incomodar, y esto les lleva a ocultar su vulnerabilidad y a proyectar una imagen de autosuficiencia forzada.
3) ¿Te comparas continuamente con los demás y sientes que siempre sales perdiendo?
La comparación continuada es otro rasgo característico de este síndrome. Puedes tener la impresión de que los demás son más interesantes, divertidos o valiosos que tú, y eso alimenta la creencia de que no estás a la altura del grupo. Esta comparación perpetúa el sentimiento de ser un impostor, "alguien que no merece estar ahí".
4) ¿Sientes que tienes que esforzarte mucho para mantener la amistad?
Si todo el tiempo sientes que debes "ganarte" el cariño de tus amigos, probablemente estés experimentando el síndrome del impostor. Esta sensación de esfuerzo continuo puede ser agotadora y generar ansiedad, ya que te obliga a estar siempre en alerta, cuidando cada detalle para que la relación no se deteriore.
5) ¿Tienes miedo de que, si te alejas un poco, te olviden?
El miedo al abandono o a ser olvidado también es una señal frecuente. Puede que sientas que, si no estás siempre presente o disponible, tus amigos dejarán de buscarte, lo que indica una inseguridad profunda en el valor que crees aportar a la amistad.
6) ¿Sueles disculparte en exceso, incluso cuando no es necesario?
El exceso de disculpas es otra manifestación del síndrome del impostor. Pedir perdón constantemente refleja el temor a ser percibido como una molestia, algo que a su vez revela la falta de confianza en tu lugar dentro del grupo.
Me identifico con estas preguntas: ¿y ahora qué?
Lo primero es reconocer que lo que sientes no refleja la realidad, sino una distorsión originada por inseguridades internas. La amistad no se basa en la perfección, sino en la autenticidad, y eso es lo que los demás valoran de ti, aunque a veces no lo creas.
Hablar con tus amigos sobre cómo te sientes puede ser un paso importante para deshacerte de esa carga emocional. Además, es importante que poco a poco aprendas a confiar en que mereces esas relaciones, no porque debas 'ganártelas' continuamente, sino porque tu simple presencia ya es suficiente.
Recuerda que, mientras tú crees que no eres lo suficientemente bueno para tus amigos, ellos probablemente ven en ti cualidades únicas y valiosas que tú aún no has aprendido a reconocer. Aprender a identificar y a confiar en el valor que aportas a tus relaciones te ayudará a disfrutar de una amistad más sana, auténtica y libre de dudas innecesarias.
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