Con este relajante hábito que hago cada mañana soy más productiva cada día: así es el puttering

Con este relajante hábito que hago cada mañana soy más productiva cada día: así es el puttering
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¿Te ha pasado alguna vez que te levantas con la sensación de tener mil cosas pendientes y, antes de darte cuenta, ya estás sumido en un caos mental que te persigue todo el día? A mí me pasaba constantemente.

Un día descubrí un hábito sencillo, pero potente, que me ayudó a relajarme por las mañanas y a su vez, a ser más productiva: el puttering.

Puede que la palabra suene curiosa o incluso desconocida, pero este término de origen anglosajón hace referencia a una actividad muy simple: moverse por casa realizando pequeñas tareas sin prisa ni presión, ni persiguiendo un objetivo específico, de manera relajada, casi como si estuvieras divagando.

El origen del puttering: una palabra inglesa

El término puttering surge del inglés a finales del siglo XVII, derivado de potter, que significa "moverse o hacer cosas sin prisa ni un fin concreto". Tradicionalmente se asocia con tareas ligeras y relajantes, realizadas sin presión ni urgencia.

Aunque inicialmente se vinculaba al simple acto de "trastear", hoy se valora como una práctica consciente que fomenta el bienestar, ayuda a reducir el estrés y prepara la mente para el día, combinando organización y calma de forma natural.

¿En qué consiste realmente el puttering?

Así, no se trata de un acto mecánico o caótico; es un ritual que combina presencia, calma y, curiosamente, eficiencia. Es esa acción de "hacer cosillas" que a primera vista no parece gran cosa, pero que genera orden tanto en el entorno como en la mente.

No se trata de seguir una lista de tareas rígida, sino de permitirte fluir entre actividades cotidianas sencillas, como regar las plantas, recoger la ropa del sofá o preparar el desayuno mientras disfrutas del aroma del café recién hecho.

Al tratarse de una rutina suave y libre de exigencias, el puttering te ayuda a despertar de forma progresiva, despejar la mente y entrar en un estado de calma activa.

Es como si te dieras permiso para estar presente y consciente en cada acción, sin prisa pero sin pausa. Y lo mejor: genera una sensación de orden interno que prepara el terreno para un día mucho más productivo.

Por qué este hábito aumenta la productividad

Puede sonar paradójico que una actividad tan "relajada" te ayude a ser más productivo, pero tiene todo el sentido. La productividad no es solo cuestión de hacer más en menos tiempo; también implica claridad mental, enfoque y un estado emocional equilibrado. Y ahí es donde el puttering tiene sus efectos:

1) Menos estrés matutino

La mayoría de nosotros empezamos el día con la mente llena de pensamientos acelerados sobre lo que tenemos que hacer. El puttering actúa como un amortiguador: te permite empezar el día con tranquilidad, eliminando la sensación de urgencia. Cuando reduces el estrés temprano, afrontas las tareas importantes con mayor claridad y menos ansiedad.

2) Más creatividad

Muchas veces, las mejores ideas surgen cuando no las buscas directamente, sino mientras realizas tareas repetitivas o mecánicas que no requieren un esfuerzo cognitivo intenso. El puttering crea ese espacio para que la mente divague de manera productiva y creativa.

3) Efecto dominó positivo

Empezar el día con pequeñas tareas resueltas -como ordenar la cocina o hacer la cama- te da una sensación de logro temprano. Esta sensación genera un efecto dominó que te motiva a seguir siendo eficiente el resto del día. No es casualidad que muchas personas exitosas hablen de lo importante que es empezar el día con pequeñas 'victorias'.

La productividad no es solo cuestión de hacer más en menos tiempo; también implica claridad mental, enfoque y un estado emocional equilibrado.

Cómo incorporar el puttering en tu rutina: tres ideas

Si quieres probar este relajante hábito, aquí te dejo algunos consejos prácticos para incorporarlo de manera sencilla:

  • Levántate un poco antes

No necesitas despertarte dos horas antes del amanecer, pero sí darte al menos 15-20 minutos adicionales para no empezar el día con prisas. Ese tiempo extra es lo que te permitirá disfrutar del puttering sin sentir que estás corriendo contra el reloj.

  • Elige actividades simples y agradables

No se trata de limpiar la casa a fondo ni de revisar el correo del trabajo. Haz cosas que disfrutes y que contribuyan a tu bienestar, como preparar un desayuno bonito, arreglar un rincón que te guste o simplemente pasear por casa mientras piensas qué vas a hacer durante el día.

  • Mantén la atención plena

Una de las claves del puttering es hacerlo de manera consciente. En lugar de pensar en todo lo que te queda por hacer, concéntrate en el momento presente. Si estás preparando el café, fíjate en el sonido de la cafetera, en el aroma que desprende… Convierte cada pequeña acción en una experiencia sensorial.

Un ritual que nutre cuerpo y mente

Lo bonito del puttering es que no solo es un hábito productivo; es también un acto de autocuidado. Empezar el día de esta manera te recuerda que no eres una máquina que debe estar en modo "hacer" desde el primer minuto, sino una persona que necesita tiempo para ser y sentir.

Y, curiosamente, es ese espacio de calma lo que te da la energía y el foco necesarios para enfrentar las exigencias diarias.

Desde que lo practico, siento que mis mañanas tienen un nuevo significado: ya no son una carrera contra el tiempo, sino un momento para conectar conmigo misma, organizar mi entorno y, sin darme cuenta, prepararme mentalmente para ser más productiva y creativa durante el día.

Foto | Portada (Freepik)

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