La generación Z, nacida en un mundo digitalizado y con acceso a herramientas como Google desde que son niños, posee habilidades sorprendentes en el manejo de la tecnología más moderna, desde inteligencia artificial hasta programación básica. Sin embargo, cuando se trata de algo tan cotidiano como organizar archivos en un ordenador, muchos parecen quedarse atascados.
¿Cómo es posible que jóvenes que crecen rodeados de dispositivos y aplicaciones digitales puedan sentirse perdidos en un entorno informático básico? La respuesta va más allá de la simple falta de conocimientos técnicos y apunta a una nueva forma de pensar y relacionarse con el entorno digital.
Un cesto de ropa en lugar de un archivador
Nicolás Guarín-Zapata, físico aplicado y profesor de la Universidad EAFIT de Colombia, describió en The Verge esta diferencia de manera muy gráfica: mientras que las generaciones anteriores organizaban sus archivos como si se tratara de un archivador bien estructurado con cajones y carpetas, la generación Z lo hace como si todo estuviera metido en un gran cesto de ropa sucia.
Todo está ahí, y cuando necesitan algo, no buscan en un lugar específico, sino que utilizan una función de búsqueda para encontrarlo.
Este cambio en el modelo mental es clave. Hasta hace unos años, aprender a usar un ordenador implicaba entender cómo se organizan los archivos: guardar documentos en carpetas específicas, crear subcarpetas y, en general, seguir una lógica jerárquica similar a la de un archivador físico.
Para quienes crecieron en la década de los 90, esta estructura era fundamental, ya que no existían funciones avanzadas de búsqueda. Pero la generación Z ha crecido en un entorno donde todo está al alcance de un clic o una búsqueda rápida.
La omnipresencia de la búsqueda
Desde el momento en que encendieron su primer dispositivo, estos jóvenes han tenido acceso a motores de búsqueda ultrarrápidos, ya sea en Google, Windows o sus teléfonos móviles. El esfuerzo de navegar por una compleja jerarquía de carpetas ha sido sustituido por la inmediatez de teclear un término y obtener el resultado deseado al instante.
Las aplicaciones modernas, como Instagram o TikTok, no exigen organización: todo el contenido está en un flujo constante y lo importante es saber buscar y acceder de manera intuitiva.
Esto, claro, tiene consecuencias evidentes en entornos académicos y profesionales. Profesores de carreras científicas han notado que sus alumnos, a pesar de ser brillantes en otras áreas, tienen dificultades para localizar archivos en sus propios ordenadores.
Un ejemplo recurrente es el de estudiantes que almacenan todo en el escritorio o en una única carpeta enorme, sin ninguna clasificación. Cuando deben acceder a un archivo concreto, no recuerdan dónde lo guardaron, pero confían en que el sistema de búsqueda lo encontrará por ellos.
¿Falta de conocimientos básicos o una nueva habilidad?
Algunos podrían pensar que esta incapacidad para organizar archivos refleja una falta de disciplina o de conocimientos digitales básicos. De hecho, un estudio internacional de 2018 que midió las "capacidades de los estudiantes de octavo grado para usar la información y las tecnologías informáticas de manera productiva", reveló que solo el 2% de la Generación Z había alcanzado el nivel más alto de alfabetización informática de "nativo digital".
Por otro lado, un estudio de la Universidad de Toledo (EEUU), publicado en el Journal of Applied Business and Economics, revela que esta generación consume tecnología habitualmente, pero que sus habilidades tecnológicas son limitadas; especialmente, aquellas necesarias en el mundo laboral (como usar Outlook para enviar un email, Word para preparar documentos, Excel para analizar datos o Powerpoint para comunicarse mediante presentaciones).
Sin embargo, algunos educadores sugieren que no se trata de incompetencia, sino de una diferencia en la forma de abordar el entorno digital, y que la generación Z ha desarrollado una habilidad distinta: no necesitan organizar porque confían en sistemas que hacen el trabajo por ellos. Al fin y al cabo, ¿para qué perder tiempo clasificando archivos si se puede encontrar cualquier cosa en segundos con una palabra clave?
Un cambio en la relación con la tecnología: así piensa cada generación
Lo irónico es que muchos profesores, expertos en sus respectivos campos, admiten sentirse desbordados por la tecnología que sus estudiantes manejan con facilidad. Redes sociales, aplicaciones móviles y nuevos entornos digitales son un misterio para quienes crecieron con ordenadores de escritorio y sistemas operativos básicos.
Esta brecha generacional, que a menudo se presenta al revés de lo habitual, refleja un cambio profundo en la relación que tenemos con la tecnología.
Mientras que las generaciones mayores piensan en términos de "ubicación" y "estructura", la generación Z piensa en términos de "acceso" y "flujo de información". Los primeros prefieren saber dónde está cada cosa; los segundos, simplemente, quieren acceder a ella cuando la necesiten.
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