Lo que la lectura en voz alta de un cuento a los niños les va aportar es una experiencia de aprendizaje y una comunicación muy intensa con nosotros, sirviéndo para crear recuerdos hermosos compartidos, aumentar su autoestima y reforzar la relación familiar.
Antes de pasar a ello creo que hay un par de detalles que es preciso matizar para darle a nuestra lectura en voz alta toda la riqueza posible y aumentar la atención del niño por medio de sus emociones y la creación de recuerdos.
Manteniendo la atención
Hemos hablado previamente de la voz, sin embargo, para reforzar la conexión del niño con la historia y mantener su atención hay algunas técnicas adicionales que podemos usar. Una es jugar con nuestra voz para hacer que estén más atentos, pendientes de las palabras.
Podemos ir cambiando nuestros tonos para que estén muy pendientes, marcando los contrastes. Hablar alto y bajito, hablar más rapido o despacio, usar un tono más grave o uno agudo. Y, por supuesto, marcar las pausas dándoles sentido.
La otra cuestión es cuidar el final. Un tono solemne suele ser pedido por la misma historia, pero dependerá del relato, por supuesto. Lo importante es marcar ese final de forma intensa, leyendo despacio y marcando el sentido de las palabras, de forma que se queden grabadas en su mente y su corazón.
Haciendo el final muy emocionante y después, mirar a los ojos al niño, en silencio, para a continuación decirles lo hermoso que ha sido compartir con ellos esos momentos y lo preciosa que nos ha parecido la historia.
Y estar preparados para que, cuando terminéis, os pidan que volváis a empezar desde el principio. Si eso sucede, es que la lectura en voz alta ha funcionado.
Lo que aporta la lectura en voz alta emocionalmente
Desde un punto de vista relacional y emocional la lectura en voz alta a los niños va a permitirles compartir con nosotros sentimientos y recuerdos, incluso intereses.
Lo que la lectura en voz alta a los niños les aporta es la formación de un vínculo muy especial, con complicidad, al haber creado juntos un momento mágico en el que nuestro cariño y atención les ha llevado a un mundo lleno de fantasía. Les hemos regalado un recuerdo, o mejor dicho, nos lo hemos regalado a ambos.
Como decía ha creado una relación de complicidad entre el lector y el oyente, en la que ambos han disfrutado y se han comunicado, pues el niño, aunque no nos interrumpa (que a veces lo hará) también ha participado en la historia al escucharnos y al mirarnos transmitiéndonos sus sentimientos.
Lo que aporta la lectura en voz alta educativamente
Leer un cuento es un placer al que no hay que buscar, necesariamente, un objetivo educativo. Sin embargo, sin duda, el que nos acostumbremos a leerle a los niños desde pequeños si va a aportar también cosas muy importantes a su educación.
El niño, incluso el bebé, va descubriendo de este modo la existencia de los libros y que su uso ofrece posibilidades maravillosas y muchas historias. Y poco a poco aprenderá que todas esas aventuras que transmitimos con nuestras palabras están codificadas con las letras.
Y querrán saber de ellas más, y aprender a leer, pero cada uno lo hará en su momento y nunca habría que forzar ni a aprender ni a leer a un niño que no lo desea hacer todavía. Simplemente habrá que seguir leyéndole nosotros en voz alta y seguro que llegará su momento.
Pero es que, no solo hablamos de que leer en voz alta en los niños les aporte un descubrimiento del objeto o de la técnica de la lectura, sino de todo lo que puede ofrecernos: aventura, fantasía, sueños, imaginación, magia, entretenimiento, aprendizaje, descubrimientos y emociones siempre disponibles.
Si leemos mucho a los niños en voz alta y ellos también nos ven a nosotros leer habitualmente sentirán atracción por la lectura y querrán leer cuando aprendan, siempre que el obligarlos no mate su natural deseo.
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