Llega una edad (normalmente a partir de los 3 años) en que los niños son capaces de hacer muchas tareas domésticas por sí solos. Es bueno fomentar su autonomía desde bien pequeñitos para que sean conscientes del sentido de la responsabilidad tanto social como familiar. Una excelente forma de conseguirlo es haciéndoles partícipes de las tareas cotidianas del hogar que les puedan proporcionar una sensación de logro y les motiven a querer hacer más, a superarse y a atreverse con tareas cada vez más complicadas. A continuación te enumeramos 7 actividades que disfrutarán mientras practican y se sienten "mayores".
Aprendiendo a vestirse solo
El siguiente paso que todo niño da, tras haber dejado atrás el pañal, es el de vestirse y desvestirse solo. Esto sucede en una edad comprendida entre los 2 y los 6 años. La manera más natural de conseguirlo es, por supuesto, con ayuda de los padres y con la tarea repartida en varias fases. Por ejemplo, las primeras semanas debes animarle a que sea capaz de ponerse su ropa interior y los calcetines.
Lo más importante en este paso es no perder los nervios y respetar los tiempos de tu hijo que, seguramente, serán más lentos de lo que te gustaría. Cuando haya superado esta primera fase, explícale cómo debe ponerse una camiseta (con la etiqueta por detrás) y más adelante, puedes poner la ropa en el orden en el que se la tenga que colocar para que vaya tomando el hábito.
No pierdas los nervios, préstale tu ayuda si te la pide y, sobre todo, no rompas la norma. Si tu hijo ha sido capaz de ponerse solo los calcetines, mañana también lo volverá a ser. Felicítale cuando consiga un nuevo logro para que sea consciente de ello, se sienta orgulloso de sí mismo y se motive de cara a nuevos retos.
Recoger los juguetes y guardarlos
Se puede educar a un niño, de manera progresiva, a que adquiera el hábito de recoger sus juguetes y guardarlos en su sitio cuando ha terminado de jugar con ellos. Es una tarea que puedes empezar a inculcarle desde el momento en que empieza a gatear aunque lo normal es hacerlo a partir de los dos años cuando es más autónomo y tiene el sentido del desorden más desarrollado.
Para conseguir este hábito lo mejor es plantearles la actividad como parte del juego con el objetivo de que llegue a entender que cuando quiera volver a coger sus juguetes, ya sabrá dónde están guardados. Puedes inventarte una canción aludiendo que los juguetes deben ser guardados o jugar a adivinar dónde se guarda cada cosa.
Lavarse los dientes
A partir de los dos años, el niño ya tiene casi todas sus piezas dentales, con lo que debe empezar a coger el hábito de lavarse los dientes. Primero se los lavarás tú, después lo hará él bajo tu supervisión y finalmente será capaz de hacerlo él solito.
A los niños les encanta hacer cosas de mayores, así que una buena forma de animarle a intentarlo es haciéndole ver que es una tarea también para ti. Puedes lavarte los dientes al mismo tiempo que él para terminar de convencerle.
De compras
Acompañarte al supermercado es otra de las tareas en las que tu hijo puede participar. En este caso, además, se trata de un trabajo en equipo con el que aprenderá a colaborar, comunicarse e interactuar con más personas.
Una buena opción es ir al supermercado en coche para dejar las bolsas en el maletero. Durante el trayecto podéis jugar a repasar la lista de la compra, que habréis creado juntos antes, para ver cuántas cosas recordáis o incluso inventar qué cosas compraríais si fuerais un mago, un dragón, un duende etc. Le encantará encontrar coincidencias.
Además de entretenido, aunque el trayecto sea corto, es importante que tu peque viaje completamente seguro. Con la silla de auto Oasys 2-3 Denim Edition de Chicco, homologada y apta para niños de entre 3 y 12 años, podrás ajustar altura y anchura a las medidas de tu hijo y garantizarle la máxima comodidad y protección, gracias a sus refuerzos laterales.
Poner y quitar la mesa
A partir de los 3 años, los niños ya son capaces de ayudarnos a poner y quitar la mesa. Al principio llevarás los platos y cubiertos a la mesa y su tarea será colocarlos bien con el plato en el centro, el tenedor a la izquierda y la cuchara y el cuchillo al lado derecho del plato. Después le puedes animar a que lleve los platos y cubiertos desde el lugar donde se guardan hasta la mesa para, a continuación, volver a colocarlos en su orden.
Alimentar a la mascota
Si tienes una mascota en casa, tu hijo puede encargarse de alimentarla (siempre bajo tu supervisión), y adquirir así el sentido de la responsabilidad, de la empatía hacia otros seres vivos y del respeto hacia los animales. Por ejemplo, él puede ser el encargado de observar si el recipiente de agua de tu perro o gato está lo suficientemente lleno y cambiarlo por completo una vez al día para que el animal tenga siempre agua limpia. También puede colaborar en otras tareas menos cotidianas pero necesarias, como el baño del animal o su adiestramiento. Pasear al animal es otra actividad interesante que le ayudará a prestar más atención al ambiente que le rodea y a llevar cuidado de cruzar cuando el semáforo está en verde y siempre por el paso de peatones. Recuerda, todas estas tareas puede hacerlas siempre bajo tu supervisión.
Regar las plantas
Si no tienes mascota, tienes un animal demasiado grande o tu hijo es algo pequeño todavía, puedes empezar por inculcarle el sentido de la responsabilidad a través de las plantas. Elige unas cuantas macetas y hazle encargado de regarlas. Tienes que explicarle la frecuencia de riego que necesitarán estas plantas y qué cantidad de agua les hace falta para hidratarse. Hazte con una regadera divertida y regálasela. ¡Le encantará la idea!
¿Se te ocurren más tareas domésticas que tu hijo es capaz de hacer por sí solo? Compártelas con nosotros en los comentarios.