Si bien hace unos años se trataba de una cuestión desconocida, en la actualidad sabemos que el juego resulta tremendamente beneficioso para nuestros pequeños. Se trata de un aspecto clave en su desarrollo, tanto cognitivo como social y educativo, que les permite seguir mejorando y creciendo de forma natural.
Un contexto en el que tienen cabida toda clase de juegos y juguetes específicos, pensados no solo para estimular al máximo su capacidad, sino también para ayudarles a descubrir y a gestionar sus nuevas habilidades. Algo clave en las edades más tempranas y en especial en el periodo que abarca de los cinco a los dos años. Y es por eso por lo que hoy recabamos algunos ejemplos que pueden serte útiles para lograrlo con éxito.
La importancia de la estimulación
Nuestro pequeño necesita recibir estímulos diariamente, para evolucionar al ritmo adecuado. Además, hay que tener en cuenta que la estimulación temprana resulta más eficaz, básicamente porque su cerebro tiene mayor plasticidad y permite que las conexiones entre las neuronas se produzcan con mayor agilidad.
La regularidad, el tipo y cantidad son importantes, pero también la adecuación al propio pequeño para que pueda desplegar todo su potencial sin presiones ni estrés, sino de un modo agradable, apropiado para sus características personales y ritmo, y de forma divertida. Pero centrémonos en los juegos propiamente dichos.
De lógica
Cuando hablamos de juegos de lógica para estimular la imaginación nos estamos refiriendo a aquellos que les brindan la oportunidad de crear composiciones, de inventar y de pensar. Es el caso de los puzles de piezas que pueden encajar de diversas maneras sobre un mismo dibujo. Los que dan lugar a pequeños edificios en 3D, ya más sofisticados, también les obligarán a desenvolverse con conceptos en tres dimensiones y a imaginar los posibles resultados.
Aquí también tienen cabida los juegos con palabras, no demasiado complicados, por supuesto, y que les permitirán generar ideas, especular y más. Para conseguirlo, empieza preguntándole por una palabra que conozca y respóndele con un concepto relacionado. Por ejemplo: pelota y tenis. El objetivo es que el pequeño sepa continuar, reforzando así su vocabulario y su capacidad para asociar ideas.
Los juegos de asociación de ideas y palabras resultan muy estimulantes
Otra actividad perfecta para los que ya rondan los cinco años son las descripciones con palabras tabú. Elige objetos y nombres sencillos, crea varios equipos y pon límite de tiempo. Tendrá que ingeniárselas para averiguar cómo decirte a qué se está refiriendo. Incluso puedes añadir la mímica para hacerlo más divertido y completo.
De construcción
Directamente relacionados con la creación y el encajar piezas comentado en el punto anterior, se encuentran los juegos de construcción. De figuras abstractas, apilables, de plástico o madera, encajables…las opciones son múltiples. Sin embargo, todas ellas fomentan la creatividad y estimularán la imaginación de tu hijo, e incluso su capacidad de previsión.
Deberá pensar qué sucede si emplea determinadas partes durante el proceso de “fabricación”, si estas son las más apropiadas para resistir la infraestructura final, cómo será el edificio, por dónde se entrará, en qué lugar se ubicarán las puertas, qué fragmentos le servirán para las escaleras y un largo etcétera que ya puedes imaginar. Si son de colores también pueden experimentar con esta cuestión. De hecho no son infrecuentes los tejados verdes y los árboles rojos en estos casos.
Plastilina y picto-juegos
La plastilina es un material que suele hacer las delicias de los benjamines de la casa y que les dejará moldear las figuras presentes en su imaginario o, en su defecto, buscarle el parecido con la realidad a la figura que finalmente han diseñado. Divertido y muy estimulante.
Dibujar algo aleatorio y dejar que intenten adivinar de qué se trata incentivará su imaginación
Los picto-juegos constituyen otra forma de incentivar esta parte creativa. Un sistema muy eficaz y sencillo consiste en dibujar una figura más o menos aleatoria y pedirle al pequeño que aporte ideas sobre a qué se parece.
Adivinar o asignar una imagen cotidiana a la forma de las nubes es otro juego que le ayudarán a desarrollar la capacidad que nos ocupa.
A las casitas o a mamás y papás
Otro de los procesos clásicos en el aprendizaje de nuestro hijos es la imitación, sobre todo en las primeras etapas de su desarrollo, donde conoce cuestiones tan básicas como la manera de coger la cuchara y demás. Posteriormente incluso se convierte en un juego. Y quizás el que lo plasma con más acierto es el conocido como “Papás y mamás” o “las casitas”.
Aquí el pequeño lleva la emulación un poco más allá, tomándonos como modelo de conducta y poniéndose en nuestro lugar –una suerte de empatía-. Lo que hacen es simular desde labores de la casa como pasar el mocho y limpiar la estantería, hasta otras como conducir. Los juguetes específicos como coches y motos resultan de gran ayuda para un desarrollo más realista.
Es el caso del Simulador Deportivo Fiat 500 de Chicco, perfecto para los pequeños que desean sentarse frente al volante –en este caso, electrónico- y evocar paisajes conocidos y ficticios, e incluso situaciones de riesgo donde deberán actuar como pilotos profesionales. Cuenta con palanca de cambio, dos pedales, un asiento con tres posiciones distintas y botones para activar diferentes sonidos y luces propios de la conducción. También viene con una pantalla interactiva con dos velocidades.
Por otra parte, no podemos perder de vista que los niños a partir de dos años se vuelven mucho más activos, consecuencia directa de su mayor control de la motricidad y de los movimientos en general. Un compendio de circunstancias que les aportan mayor independencia y que les permiten centrarse en los otros. Será pues el momento de enseñarles a socializar. ¿Qué mejor modo que hacerlo con este juego de roles en grupo?
Mundos en miniatura
El juego con mundos en miniatura, es decir, aquel que emplea muñecos de animales, personajes y, en definitiva, juguetes que recrean objetos de la vida real pero en dimensiones reducidas. Montar una pequeña granja, un garaje, un pueblo en el que acontezcan distintas historias constituyen un agradable incentivo.
Incluso –y en el caso de que desconozcan ciertas especies, construcciones, etcétera- constituye un modo de familiarizarse muy natural y apropiado. Por no hablar de lo obvio: que les aporta un conocimiento nuevo a través del entretenimiento y el ocio, un aspecto clave del aprendizaje en estas edades.
De teatro y disfraces
No podemos dejar de referirnos a los disfraces y al teatro. Efectivamente, porque los niños adoran meterse en la piel de personajes ficticios y, todavía más, si pueden disfrazarse. Lo ideal es que confeccionéis el atuendo juntos, aunque siempre podéis ayudaros de unos pocos complementos de la tienda del barrio.
Nada de comprar el disfraz, hacedlo con lo que tengáis en casa
De hecho, podría ser el momento perfecto para enseñarles a coser (solo los más mayores y dentro de un entorno controlado). Los de monstruos, por otra parte, pueden servir para ayudarle a enfrentarse a sus miedos.
Aprovecha Halloween y festividades similares para lograrlo con éxito y demostrarles que no tienen nada que temer; e intenta crear lazos y vínculos positivos con este tipo de disfraces. Pintarse es otra actividad que les encanta.
A las profesiones
Una de las preguntas clásicas que seguro que alguna vez le has planteado a tu hijo –o algún conocido- es la de qué quiere ser de mayor. Una cuestión ante la que las respuestas pueden ser tremendamente variadas. Sin embargo, las de bombero, policía, conductor de tren, piloto de avión, peluquero, cocinero y médico han perdurado a lo largo del tiempo.
Una opción, de hecho, es llevarles de excursión al parque de bomberos, preguntar si puedes entrar en la cabina de mandos, dejarles jugar entre las cacerolas con tu ayuda (y tomando las precauciones necesarias para evitar que se quemen o hagan daño en general), prestarles unas tijeras homologadas y asignar una muñeca específica a los cortes e pelo, y dejarles algodón y otros útiles inocuos del botiquín.
Otros juegos para estimular la imaginación
Al margen de los comentados, existen otros juegos que igualmente sirven para fomentar su imaginación e incluso otras habilidades motoras y de precisión como, por ejemplo, las manualidades. La globoflexia y papiroflexia resultan divertidos y también servirán.
Las cajas de cartón pueden ser una gran fuente de inspiración
Las cajas de cartón, para acabar, pueden constituir grandes fuentes de inspiración. Dibujarlas, hacer pequeñas incisiones, pueden convertirlas desde en coches hasta en aviones y fortalezas. Otra opción es la de organizar una suerte de yincana por toda la casa en la que deberán buscar distintas pistas y objetos e inventar una historia para cada uno de ellos.
En definitiva una serie de actividades muy variadas y divertidas que harán posible que tu hijo desarrolle distintas capacidades relacionadas con su aprendizaje e imaginación. Todo de manera amena, divertida y creando lazos positivos no solo con distintos conceptos, sino con otras personas -tanto adultos como niños- implicadas en el juego.
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