Tu bebé comienza a ponerse en pie y a combinar el gateo con sus primeros pasitos. Muy pronto calzará sus primeros zapatos con suela, pero para esta etapa intermedia de su desarrollo también es primordial escoger el calzado más adecuado.
Te contamos cómo puedes conseguir que el peque se vaya adaptando poco a poco al uso de los zapatos y hacer que se sienta lo más cómodo posible para que caminar le resulte tan fácil como divertido y fascinante.
La etapa intermedia entre el gateo y los primeros pasitos
La mayoría de los bebés comienzan a hacer fuerza con las piernas para enderezarse alrededor de los cuatro o los seis meses. Al principio se ponen de pie en nuestro regazo y después, van cogiendo fuerza gateando y arrastrándose por el suelo para conseguir coger las cosas que les llaman más la atención.
En una segunda etapa, los peques comienzan a buscar paredes y muebles para apoyarse en ellos y conseguir ponerse de pie. De esta manera van practicando, hasta que consiguen tener el equilibrio suficiente para empezar a dar los primeros pasos.
Hasta este momento tu bebé ha estado la mayor parte del tiempo descalzo, en patucos o calcetines. La recomendación de los expertos en cualquier caso, es que no se debe calzar a los bebés antes de que comiencen a andar, pero en esta etapa en la que ya empiezan a erguirse y dar sus primeros pasitos podemos iniciar la adaptación del peque al uso de zapatos.
En cada etapa, es fundamental saber escoger el calzado más adecuado para el bebé. Es una fase intermedia en la que necesitan un zapato completamente desestructurado, sin moldear y muy ligero. Por todo esto, es muy importante que los primeros zapatitos del bebé sean unos zapatos “de adaptación”. Este tipo de zapato cumple con todas las características necesarias para que el niño pueda gatear y ponerse de pie con ellos.
El calzado Pregatea de Chicco permite que el bebé se vaya familiarizando con el uso de los zapatos. Además, su horma redondeada deja que el pie del niño se mueva con total libertad, mientras lo cubre y protege del frío y los golpes.
Comodidad y libertad de movimiento
Escoger bien la talla del zapato resulta fundamental. Si son demasiado pequeños molestarán al peque y estorpecerán su desarrollo. En cambio, un zapato grande hará que tropiece constantemente. Recuerda que debes probarle los zapatos siempre a última hora de la tarde y con los calcetines puestos. Y cálzale siempre con unos calcetines de grosor intermedio. Así evitarás que sienta el pie incómodo, pase calor o sude. Conseguirás que se sienta a gusto y confortable.
El tipo de zapato también es importante. Pasar de estar descalzo a un zapato con suela para caminar resultaría un cambio demasiado radical. La gama Pregatea de Chicco permite que el bebé se sienta cómodo y libre a la hora de intentar levantarse para empezar a dar sus primeros pasos.
Para que sus pies se desarrollen bien y sus tobillos tengan completa libertad de movimiento, lo mejor es que los niños caminen descalzos la mayor parte del tiempo. Aun así, podemos seguir algunos consejos para que, poco a poco, el bebé empiece a adaptarse a sus primeros zapatos.
Consejos para la fase de adaptación
Calza al peque cuando salgáis a la calle. Si ya comienza a ponerse en pie sujetándose a las paredes y los muebles, tal vez le apetezca experimentar en el parque. Ponle sus zapatos de adaptación cuando salgáis de paseo, cuando quiera estar en el suelo de goma del parque infantil, mientras juegue en el arenero o cuando experimente por el césped. Verás como disfruta.
En casa o en la calle, haced cosas y actividades divertidas con los zapatos puestos. Por ejemplo: chutar una pelota o bailar al son de la música. Si el niño asocia cosas divertidas al uso de zapatos, será mucho menos reacio a llevarlos puestos. Permítele hacer ejercicio jugando en la calle o en el parque infantil.
Cada vez que le calces, aprovecha para explicarle para qué sirven y dónde se ponen los zapatos con frases sencillas del tipo "este zapatito va a tapar este piececito".
Así tu hijo irá acostumbrándose a calzarse como parte de su rutina diaria, igual que se lava la cara cuando se levanta por las mañanas, se lava los dientes después de comer o se viste y se peina antes de salir a la calle.
Masajeale la planta de los pies antes y después de quitarle los zapatos. Los masajes en los pies de los bebés resultan tan estimulantes como placenteros, pero además son muy beneficiosos para sus pies ya que les ayudan a fortalecer su musculatura. Puedes ejercer una suave presión con tus pulgares en la planta del pie, desde el talón hasta los dedos, y acariciar después suavemente cada dedito.
Y recuerda que no debemos forzar nunca a los niños para que caminen. No es necesario entrenarles, ellos tienen el instinto necesario para ponerse en pie y comenzar a caminar solitos en cuanto se sienten preparados para ello. De lo contrario, puede que sus movimientos sean mucho menos fluidos y equilibrados.
Así que no te preocupes por el momento en que tu peque dará sus primeros pasos. ¡Los dará seguro! Disfruta de todas sus etapas de crecimiento. Cada una de ellas es única, especial y diferente. En cuanto haya alcanzado el grado de desarrollo suficiente y se sienta listo para soltarse y moverse por su cuenta, comenzará a explorar de pie el mundo que le rodea.
En Momentos Chicco
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