Hace unos días me encontré un artículo publicado en el diario el 'Norte de Castilla', sobre la intervención de Abril en unos colegios de Cuéllar (Segovia). Me emocionó ver las imágenes de unos pequeños con necesidades especiales interactuando con un gran perro negro y quise saber más sobre él y su trabajo.
Nos pusimos en contacto con Marta Sanz Gómez, su dueña o más bien "compañera de trabajo", como ella señala, que con gran paciencia y cariño puso voz a Abril para explicarnos por qué este labrador retriever llega al corazón de niños y mayores y les ayuda a través de su peculiar pedagogía terapéutica.
Un equipo perfecto
Es cierto que no es la primera vez que hablamos de terapia con perros y espero que no sea la última, porque verles trabajar con niños siempre te deja con la boca abierta. Abril es uno de esos compañeros de cuatro patas que logran despertar emociones y sentimientos incluso con más facilidad que una persona.
Ella y Marta, su amiga, familia y compañera de equipo, forman un tándem perfecto. Son parte de las denominadas Intervenciones Asistidas con Perros (I.A.P.) que cada vez más centros están incluyendo en sus programas de terapias, con resultados más que satisfactorios.
El perro se incorpora como parte de un tratamiento, con el objetivo de mejorar las funciones físicas, sociales, emocionales o cognitivas y siempre dirigidas por profesionales de la salud o de la educación.
Marta y Abril tienen su sede en Nava de la Asunción, un pueblo de Segovia, y desde allí se desplazan a centros educativos y de mayores, para ayudar a quien solicite su ayuda. Pero a pesar de lo bien que funciona la terapia, Marta opina que al menos en Castilla y León es poco conocida.
Emociona escuchar a Marta referirse a Abril como "su compañera de vida", porque según comenta "no solo formamos equipo de trabajo, si no que es mi amiga y mi familia. Ella tiene mi plena confianza, mi cariño y mi respeto. Se lo ha ganado, porque no juzga, no usa palabras, solo sentimientos".
Un abanico de destrezas sociales que esta increíble perra muestra cuando percibe angustia, miedo, agitación o dolor en los niños y mayores con los que trabaja.
Explica Marta que llegó a su vida cuando era un bebé hace ya cinco años, de la mano de un familiar asturiano que lleva muchos años desempeñando intervenciones asistidas con perros. Él fue quien la seleccionó como futura perra de apoyo.
Trabajaba como profesora de Educación Infantil cuando decidió conjugar sus dos pasiones, los niños y los perros. Así que decidió realizar en Asturias el curso de I.A.P.. Acudió con Abril a la 'Escuela de formación del perro de apoyo' y más tarde vendría el curso 'El perro de apoyo para las intervenciones terapéuticas, educativas y sociales'.
Y, desde entonces no han parado de "disfrutar con su trabajo".
Cariño, juego, firmeza y mucho tiempo de dedicación
Estas cualidades son las Marta necesitó para llegar a formar el sólido equipo que ahora tiene con Abril. Así nos lo cuenta al recordar cómo fueron sus primeras intervenciones conjuntas con niños y ancianos, cómo fueron aprendiendo juntas, algo que les ha unido aún más.
Asegura que para el perro es muy importante la habilidad y el criterio de su guía para un correcto entrenamiento, y que las sesiones que Marta realiza con Abril en los colegios y escuelas infantiles son un recurso para los equipos interdisciplinares de los centros, como pueden ser el logopeda, fisioterapeuta, profesores o el terapeuta ocupacional, que participan de la actividad.
Recuerda con cariño la primera vez que trabajaron con niños con necesidades especiales y cómo las dificultades la unieron más a Abril:
"El primer colegio que se interesó por nuestro programa fue el CEIP Alvar Fáñez de Íscar. Fueron unos comienzos difíciles tanto para el equipo directivo y las profesoras que se unieron a mi iniciativa como para Abril y para mi. Se trataba de meter un perro en un colegio público y en horario lectivo. Afortunadamente todo salió de forma extraordinaria y gracias al trabajo de todos los profesionales del centro y al buen hacer de Abril, toda la comunidad educativa apoyó el programa, con lo difícil que resulta que los humanos nos pongamos de acuerdo en algo".
De eso hace ya cuatro años. Marta explica que cuando las dos empezaron juntas "mano a pata" fueron momentos duros y que podía percibir la incredulidad de la gente hacia su programa. "Por suerte, las dos creíamos profundamente en nuestro proyecto y el esfuerzo y tesón dieron sus resultados. Me siento tremendamente orgullosa de ella".
Pero las mejoras físicas, funcionales y psicológicas que la pedagogía terapéutica con perros produce en los niños con necesidades especiales, merece la pena: "somos una alternativa a los métodos convencionales":
"Nuestro programa de apoyo educativo parte del estado de motivación y estimulación sensorial provocado por la relación que se establece entre la perra y los niños para aumentar la consecución de objetivos establecidos por el personal docente, los fisioterapeutas y equipo de orientación".
El proceso de entrenamiento de un cachorro es largo, por lo que han decidido ampliar el equipo con May, que según su guía "es adorable, muy cariñosa y juguetona".
Marta asegura con orgullo que es una mujer muy afortunada:
"Tengo un trabajo que me encanta y del que no paro de aprender y compartir experiencias con los profesionales de los centros. Estamos conociendo gente maravillosa. Tenemos muy buenos profesionales en los colegios de Segovia y Valladolid".
Una terapia global y diferente
Cuenta Marta que cada uno de sus programas tiene un encanto personal: "es maravilloso trabajar con aquellas personas que en algún momento necesitan apoyo".
Entre sus intervenciones:
Apoyo Educativo para alumnos/as con Necesidades Educativas Especiales (N.E.E).
Animación y Fomento a la Lectura.
Apoyo a Menores en riesgo de exclusión.
Estimulación Temprana.
Programa para Personas Mayores con enfermedad de Alzheimer y otras demencias.
A Marta le cuesta decidir qué experiencia le resulta más gratificante. Habla de que el programa de apoyo a personas mayores, por ejemplo, es un proyecto muy emotivo, porque cuando acarician a las perras se les despiertan emociones dormidas:
"Su presencia hace paliar la pena que sienten y tienen siempre comida guardada en sus andadores para dársela a mis perras. El otro día sin ir más lejos una señora tenía guardado un bocadillo de bacalao (lo tenían de menú en la comida) cuando lo ví, me sobrecogió. Prefería quedarse sin una parte de su ración para dársela a May".
También asegura que el programa de apoyo a menores en riesgo de exclusión les ha regalado momentos muy bonitos.
"Niños y niñas con situaciones muy difíciles en su hogar me decían que a la única que querían contar sus secretos era a Abril. Yo por supuesto les animaba a ellos y les decía que Abril sabía guardar muy bien los secretos. Niños bloqueados emocionalmente diciéndole a Abril al oído 'Te quiero'".
Pero cualquier intervención con niños es gratificante, ya que se trabaja de manera transversal, tal y como comenta Marta: "a nivel emocional, a nivel físico, a nivel educativo, de conocimientos… Porque todo se puede integrar dentro de la actividad".
Explica por ejemplo como el acto de que una niña le dé de comer a Abril con un tenedor, le ayuda con la motricidad fina o la visión óculo manual. Además, le enseña que la manzana es muy sana y un alimento saludable.
"El trabajo más bonito del mundo"
Así describe Marta su profesión, que la ofrece la posibilidad de trabajar también en escuelas infantiles, para que los niños se sientan seguros y confiados.
Cuenta la experta en terapia con perros que cuando se establece el vínculo entre el niño y el animal, el pequeño se siente respaldado y protegido e incluso llegan a ver a la perra como a un igual: "Un día en una escuela infantil oí como una niña le decía a su madre: ¿Sabes mamá que hoy ha venido a clase la mamá de Abril?".
"Es maravilloso ver cómo los niños son capaces de relacionar cuando mueven las perras el rabito de felicidad. Sin conocimientos sobre etología canina, son capaces de comprender el lenguaje no verbal de un perro y ahí entramos en espiral: las perras contentas mueven el rabo, los niños al verlas ríen y aplauden y las perras al oírles reír mueven más rápido el rabito y así una y otra vez".
Así de emocionada cuenta "la mamá de Abril y May" cómo es la relación entre sus compañeras de trabajo y los niños con los que interactúan, y añade que:
"Una niña con discapacidad física y sin lenguaje llega a relajarse tanto con las perras que cuando las perras suspiran de relajación, acto seguido ella suspira".
Pero aspiran a llegar aún más lejos para ayudar a más niños y mayores, entrando en los hospitales:
"Mi reto es conseguir que Abril sea la primera perra de apoyo en trabajar en un hospital en Castilla y León. Otras comunidades tienen estos programas implementados desde hace años. Las IAP en hospitales sirven como apoyo emocional a los niños y sus familias. Ayuda a manifestar emociones y conectar con el mundo exterior".
Y por si sus metas fueran cortas, también le encantaría implementar el perro de apoyo en los juzgados.
"Ejercen de presencia tranquilizadora para los menores, permitiendo a los profesionales llevar a cabo su trabajo de manera más positiva creando un sistema judicial más humano y eficiente".
Fotos | Cedidas por Marta Sanz
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