Cada vez estoy más convencida que las cosas que verdaderamente nos hacen felices son hábitos sencillos del día a día, o como en este caso de la noche, como es para mí dormir con mi perro.
Hago colecho con mi perro desde que era un cachorro de apenas dos meses, y ahora que tiene cinco años y su tamaño seis o siete veces mayor hace que ocupe casi media cama, lo sigo haciendo. Al igual que me pasaba cuando hacía colecho con mis hijas de bebé, hay gente que opina y critica: "no es normal", "es un perro malcriado", "lo tratas como a una persona" son algunas de las cosas que escucho. Pero, las opiniones de los demás no me influyen, y menos ahora que sé lo que dice la ciencia sobre dormir con tu perro o tu gato.
¿Qué dice la ciencia sobre dormir con tu perro o tu gato?
Hay investigaciones que demuestran que dormir con tu mascota (hablamos principalmente de perros y gatos) puede tener efectos positivos en la salud física y emocional.
El primero es que muchas personas se sienten más seguras y tranquilas, e incluso ha ayudado a mejorar el pronóstico de personas con desordenes por estrés postraumático. Y no solo es beneficioso para los humanos, para nuestros amigos peludos también es positivo: fortalece el vínculo humano-animal, aporta seguridad y refuerza los lazos del grupo social.
Asimismo, mejora la salud física y mental promoviendo un mejor descanso. Acurrucarte con tu mascota tiene un efecto relajante, y esto parece deberse al contacto físico, que contribuye a descansar la mente y promover la tranquilidad. Gracias a ello, muchas personas afirman que dormir con su mascota beneficia su sueño.
También se han encontrado mejoras en el sistema inmunitario de las personas que conviven con perros y gatos. Estar expuestos a sus variados microorganismos y bacterias previene alergias, incluso en el caso de los bebés. Tener mascotas en casa durante el primer año de los niños ayudaría a prevenir la aparición de alergias, demostrando que precisamente la falta de exposición puede ser causa de un aumento de alergias y trastornos autoinmunes.
Tres motivos válidos para no dormir con tu perro
Hay que reconocer que no es algo que a todos los humanos que conviven con perros les agrade. Hay situaciones en las que puede haber inconvenientes a la hora de dormir con tus amigos peludos en la misma cama, como estas tres:
- Si eres alérgico: compartir sábanas aumenta el riesgo de infecciones de transmisión (tiña, anquilostoma, infecciones de estafilococos...), pero la mayoría de expertos están de acuerdo en que si no eres alérgico esto no debería ser un problema.
- Si tienes problemas de sueño: la Clínica Mayo señala que los ciclos de sueño y vigilia son muy distintos entre personas, perros y gatos. Puedes tardar más en dormirte o los movimientos, ronquidos o ladridos puede hacer que tengas una eficiencia del sueño menor.
- Eso sí, vas a tener que limpiar más: Las bacterias, parásitos y virus presentes en sus organismos no son los mismos que los nuestros, o no contamos con las mismas resistencias, por lo que tendrás que cambiar sábanas más a menudo, así como limpiar la habitación y a tu perro o tu gato, sobre todo si tiene contacto con el exterior.
Por tanto, seguiré haciendo colecho perruno con mi adorado peludo como vengo haciendo todas las noches desde que es cachorro. Ya tiene claro cuál es su lugar a la hora de irse a dormir, pero si vosotros queréis una opción intermedia, podéis colocarle una cama dentro de vuestra habitación, para tenerlo cerca sin compartir sábanas.