Cuando los más pequeños nos dan grandes lecciones: renunció a sus regalos de Comunión y destinó el dinero a una ONG

Se acerca la temporada de comuniones y muchas familias andan inmersas en los preparativos de esta celebración religiosa. Hoy en día, suele ser difícil encontrar gente que renuncie a celebrar una fiesta por todo lo alto, y los restaurantes, parques temáticos o fincas acogen celebraciones que en ocasiones parecen mini-bodas.

A los gastos derivados de la celebración se unen otros como los trajes, la peluquería, el fotógrafo, la decoración, los recordatorios... y, por supuesto, lo regalos. Así que Rubén, consciente del despilfarro que a veces se produce, decidió dar una lección de humildad y generosidad a los invitados a su Comunión, renunciando a sus regalos y donando el dinero recaudado a una ONG.

"Gracias a Dios, tengo todo lo necesario"

El pequeño Rubén, de nueve años y natural de la localidad valenciana Pobla de Vallbona, pidió ayuda a su madre para redactar una carta dirigida a los invitados a su Primera Comunión explicando los motivos por los que no quería regalos.

"Gracias a Dios tengo todo lo necesario, así es que he pensado que si queríais hacerme un regalo por este día, podéis darle mucho más fruto, haciendo una donación anónima para un proyecto de Manos Unidas en el que estoy colaborando" - decía en su carta.

A cambio pedía una donación anónima para un proyecto que está llevando a cabo Manos Unidas en la ciudad de Guwahati, en India, para mejorar las instalaciones de una casa de acogida donde residen 60 niñas con edades comprendidas entre los cuatro y los 18 años.

Fue él mismo quien eligió el proyecto de Manos Unidas con el que deseaba colaborar, tras asistir personalmente a una delegación de la ONG y ver fotografías de las niñas, la casa de acogida y la labor realizada por los voluntarios.

Y los invitados hicieron realidad el sueño de Rubén, que ha conseguido reunir más de siete mil euros que ha donado a la ONG.

Pero además de este increíble gesto altruista, el niño decidió hacer un regalo solidario a los asistentes a su fiesta, encargando el detalle a una empresa valenciana que trabaja con personas con discapacidad.

Cuando las lecciones más grandes las dan los más pequeños

Según un estudio elaborado por la consultora KPMG para la Conferencia Episcopal, las comuniones generaron en el año 2014, 589 millones de euros, y una media de gasto de 2.500 euros por familia. Pero en algunas comunidades autónomas, el coste supera con creces esta cifra, llegando a sobrepasar la barrera de los 3.000 euros por celebración.

Como decíamos al inicio, a los gastos propios de la celebración en sí se unen los regalos que los niños reciben y que en muchos casos van desde caros aparatos tecnológicos (incluyendo el tan ansiado móvil y la videoconsola), hasta joyería o viajes por todo lo alto.

Por eso, en medio de tanto derroche y tanto consumismo, el gesto de Rubén o de otros pequeños que también piensan en contribuir con sus acciones a lograr un mundo mejor merecen, a mi juicio, un reconocimiento público y una reflexión por parte de todos.

¿Cómo deseamos criar a nuestros hijos? ¿Cómo podemos inculcarles valores como el amor hacia los demás, el respeto y la generosidad desde que tienen uso de razón? ¿Qué sencillas y cotidianas acciones podríamos realizar con ellos para implicarles en construir una sociedad mejor?

Nuestros pequeños son la esperanza y el futuro, por lo que ellos, y nosotros como padres a través de su educación podemos contribuir a lograr un mundo un poquito mejor, transmitiéndoles nuestra ilusión, responsabilidad e implicación en la sociedad en la que nos movemos.

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