Con el mismo encanto de Brujas, pero con mucha menos gente y más auténtica: esta ciudad es el secreto mejor guardado de Bélgica

Ubicada en la confluencia de dos ríos y con todo el encanto de sus edificios históricos se encuentra la ciudad de Gante, capital de la provincia de Flandes. No recibe tantos visitantes como su hermana, la cercana ciudad de Brujas, pero es igualmente preciosa y súper auténtica, siendo uno de los secretos mejor guardados de Bélgica.

Están a solo media hora de distancia, por lo que mucha gente aprovecha a visitar ambas en el mismo fin de semana. Gante es una de las ciudades medievales mejor conservadas de Europa y su visita es imprescindible si viajas a la región flamenca. Actualmente, es la tercera ciudad más grande de Bélgica después de Bruselas y Amberes.

Gante: una de las principales ciudades medievales europeas

Ciudad vieja de Gante desde el Puente de San Miguel

El año 630 es el que señala el comienzo de la historia de la ciudad cuando San Armando eligió la confluencia de los ríos Lys y Escalda (lo que entonces se llamaba Ganda) para construir la Abadia de San Bavón. Posteriormente, en la Edad Media se convirtió en una de las principales ciudades europeas, convirtiéndose, después de París, en la ciudad medieval más grande al norte de los Alpes.

Si Brujas es conocida como la "Venecia del Norte", Gante es apodada la “Manhattan medieval”. La ciudad cuenta con tres monumentos reconocidos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

La Universidad de Gante es una de las más prestigiosas del país y convierte e la ciudad en un destino con mucha vida y un ambiente único, que mezcla historia, cultura, arte, gastronomía y modernidad.

Qué ver y hacer en Gante: los planes que no puedes perderte

Castillo de Gravensteen

El Castillo de los Condes de Flandes. Al traspasar sus muros, te sientes un caballero del siglo XII. El castillo Gravensteen o Castillo de los Condes es el único castillo medieval con foso que queda en Flandes con un sistema de fortificación prácticamente intacto y su historia está muy vinculada a la compleja vida política y social de la ciudad. Se puede visitar la portería, la muralla, la torre del homenaje, la residencia condal y los establos. Y para los menos impresionables, tiene una colección única de instrumentos de tortura expuesta en el “gabinete del verdugo”.

La Catedral de San Bavón. Es la iglesia parroquial más antigua en la plaza Sint-Baafsplein, en el centro de Gante. Fue construida sobre una primera iglesia del siglo X y una románica del XII, dedicada a San Juan Bautista, convertida en los siglos XV y XVI en el majestuoso edificio gótico que podemos visitar hoy. Su interior alberga una serie de tesoros, entre ellos el famoso cuadro del arte flamenco La Adoración del Cordero Místico, de los hermanos Van Eyck.

El Campanario. Un monumento que salta a la vista y llama la atención de cualquiera que visite el casco histórico es el Campanario Municipal, entre la Catedral de San Bavón y la Iglesia de San Nicolás. En lo alto, un fiero dragón, orgulloso símbolo y mascota de Gante, vigila el centro histórico de la ciudad. Hasta 1442, la Iglesia de San Nicolás hizo las funciones de torre de vigía, pero tras esta fecha asumió tal cargo el Campanario. Cada domingo entre las 11 y las 12 de la mañana, el carillonero de la ciudad ofrece un concierto de carillón.

Iglesia de San Nicolás. La construcción de esta imponente iglesia gótica llevó siglos, comenzó en 1440 (sobre un templo más antiguo incendiado en 1176) y terminó en 1825. Se planeaba que su torre tuviera 134 metros, pero por falta de fondos se quedó en unos escasos 24 metros y un tejado plano. Durante la Revolución Francesa fue devastada y utilizada como cuadra de caballos; desde entonces se inició un amplio proceso de reconstrucción, que todavía sigue actualmente.

Puente de San Miguel. El puente sobre el río Lys es el sitio más romántico para disfrutar de una vista privilegiada del casco histórico de Gante, y por supuesto las tres icónicas torres de Gante. Fue construido entre 1905 y 1909 por el arquitecto Louis Cloquet. Te recomiendo ir a hacer fotos al atardecer.

Graslei y Korenlei. Son los muelles medievales del puerto, situados uno frente al otro y donde se apelotonan una tras otra las antiguas casas gremiales gantesas.

Comer. Es un destino gastronómico que cobra cada vez más relevancia en Europa y que merece mucho la pena probar. A donde vayas, hay algún restaurante con buena pinta que te invita a entrar y probar sus especialidades. Desde el tradicional “uufflakke” (también llamado hoofdvlees o preskop), una especialidad de charcutería local, que suelen acompañar con mostaza de Tierenteyn-Verlent, hasta los quesos o los gofres y por supuesto, los chocolates y la cerveza.

Ver arte. El Barrio de las Artes tiene una oferta artística espectacular. Recomiendo visitar el Museo de Bellas Artes (MSK), con obras de maestros flamencos como El Bosco, Rubens, Ensor... Incluso sin entrar a cualquier museo o galería de arte se puede apreciar arte. Sus calles están repletas de obras de arte urbano firmadas por grafiteros internacionales y reconocidos artistas locales.

Pasear en barco. Una excursión muy recomendable para disfrutar de unas vistas espectaculares de la ciudad y ver sus magníficos monumentos es recorrer sus canales en barco. Podéis encontrar varios muelles en los que contratar el servicio.

Tour en bicicleta. Hay bicis por todos lados y es una forma estupenda de recorrer la ciudad que os recomiendo. Es imprescindible hacer una parada en el camino para reponer fuerzas con una buena cerveza.

En resumen, si planeáis un viaje a Bélgica, y sobre todo si vais a Brujas, Gante es un destino que tenéis que añadir como parada obligada. Es una ciudad preciosa de cuento, que os va a sorprender por lo bien conservada que está y que a la vez es súper moderna y llena de vida.

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