La creatividad se define como "la capacidad o facilidad para inventar o crear", y aunque a veces solemos relacionarla únicamente con algunas personas, lo cierto es que todos tenemos algo de creatividad en nosotros.
Así lo señala Anthony D. Fredericks, profesor de la Universidad York en Pensilvania y autor de varios libros sobre creatividad, quien explica que todos somos capaces de pensar de manera innovadora y, si cultivamos ciertas prácticas, podemos aumentar nuestra creatividad.
De acuerdo con Fredericks, quien ha estudiado durante 40 años a personas altamente creativas, estos son los seis hábitos que tienen en común.
1) Buscan posibilidades, en lugar de absolutos
Para las personas creativas, una vida plena está llena de opciones, oportunidades y alternativas, según Fredericks: "Rara vez aceptan lo que se espera de ellas; en su lugar, buscan múltiples respuestas y puntos de vista. Se preguntan a sí mismas '¿Qué pasaría si...?'".
En vez de quedarse únicamente con lo que ya saben o ya conocen bien, las personas creativas disfrutan explorar nuevas ideas y les hace felices salirse de su zona de confort. Más que temerle al fracaso, lo ven como una valiosa oportunidad para aprender.
2) Son soñadores sin complejos
"Tener la cabeza en las nubes", un dicho que a veces se suele decir con connotación negativa, es en realidad algo positivo y que se suele ver entre las personas altamente creativas:
"Desde el punto de vista de la creatividad, soñar despierto es algo positivo. No es algo que debas intentar evitar mientras realizas tareas intelectuales", explica Fredericks. "Tener la cabeza en las nubes es una oportunidad para dejar que tus poderes creativos se desarrollen y florezcan".
De acuerdo con él, aumentar la cantidad de veces que soñamos despiertos puede ser beneficioso para la creatividad, simplemente porque permite que nuestra mente explore paisajes imaginativos que no suelen ser parte de nuestra rutina normal: "Soñar despierto expande nuestros horizontes", señala.
3) Pasan mucho tiempo al aire libre
Fredericks cita un artículo de investigación de la psicóloga cognitiva Ruth Ann Atchley, quien señala el valor de la naturaleza como una fuente de creatividad humana: "La naturaleza es un lugar donde nuestras mentes pueden descansar, relajarse y reducir las respuestas de amenaza", escribe Atchley. "Por lo tanto, nos quedan recursos para ser creativos, imaginativos, resolver problemas y participar de manera más productiva".
Fredericks explica que la naturaleza puede hacernos pensadores más curiosos y flexibles, además de proporcionarnos numerosos ejemplos creativos que podemos observar e incorporar, mencionando algunos ejemplos: "El entrelazamiento de las raíces de los árboles puede llevar a la revisión de un organigrama empresarial. La disposición de los patos en un estanque puede inspirar a un autor a reorganizar los capítulos de un manuscrito. El color de las hojas en otoño puede inspirar el trabajo de un diseñador de interiores".
4) Se entusiasman con aprender cosas nuevas
Así como en el primer hábito decíamos que las personas creativas disfrutan explorar ideas nuevas, lo mismo sucede con el aprendizaje: disfrutan continuar aprendiendo diversas cosas, incluso en áreas que no tienen mucho que ver con lo que ya conocen.
"Un profesor que toma clases de cocina. Un fontanero que hace una visita arqueológica por Grecia. Un dentista que lee libros sobre la historia de China. Un autor que aprende a bailar tap", señala Fredericks, mencionando algunos ejemplos.
De acuerdo con él, las personas altamente creativas ven cada situación nueva como una oportunidad de aprendizaje, más que un medio para llegar a un fin.
5) Practican la meditación y la atención plena
Los beneficios de la meditación y la atención plena son bastante conocidos: nos ayudan a reducir el estrés, a reducir la ansiedad, a mantener la calma y a enfocarnos en el presente. Pero de acuerdo con un estudio de la Universidad Erasmus de Róterdam, la meditación también puede aumentar la capacidad creativa.
"Las personas más creativas hacen de la meditación y la atención plena una parte regular de su rutina diaria", explica Fredericks. "El acto de dedicar tiempo regularmente para encontrar un lugar tranquilo y dejar fluir tus pensamientos ofrece muchas oportunidades para innovar".
Añadiendo además que un ejemplo sencillo de esto son los famosos momentos eureka que tenemos al ducharnos: "Si alguna vez has tenido una idea mientras te duchabas, entenderás el poder de esos momentos de paz como un estímulo para el pensamiento creativo".
6) Perfeccionan su arte todos los días
La práctica hace al maestro, y en las personas creativas no es la excepción: practican, practican y practican, hasta ir perfeccionando lo que hacen.
"Cuando haces de la creatividad un hábito regular, entrenas tu mente para convertir pequeños desafíos en soluciones, ya sea encontrando una nueva ruta al trabajo para evitar el tráfico en hora punta, experimentando con una nueva receta o añadiendo plantas en el perímetro de tu jardín para hacerlo más verde", dice Fredericks. "Todo esto es pensamiento innovador".
Foto de portada | Karolina Grabowska en Pexels