Es muy probable ya hayáis visto este vídeo puesto que es una de las noticias más sorprendentes del día de ayer. Se trata de una grabación en la que una madre, despistada, se da cuenta demasiado tarde de que su bebé va directo hacia las vías al no haber puesto los frenos del cochecito.
El bebé y su cochecito caen con tal mala suerte que acto seguido son arrollados por un tren. A simple vista todos vislumbramos una terrible tragedia, sin embargo el bebé resultó ileso, aunque con un golpe en la cabeza producido por la caída a la vía.
Al ver el vídeo he recordado una situación que viví cuando era pequeño. Mi madre me dejó un momento a cargo de mi hermano pequeño, que dormía en un cochecito. Yo tendría unos 7 u 8 años y mi madre me dijo: "Sobretodo no lo sueltes, y si lo sueltas pónle el freno". Yo no tenía intención de soltarlo, pero veía a mi otro hermano jugando cerca y quise ir con él. Solté un momento el cochecito y me di cuenta de que estaba parado, sin moverse, pese a no estar frenado ni sujetado por mí.
"Bah, no hace falta frenarlo, no se mueve", pensé.
Fui a jugar con mi hermano y sentí un mal presentimiento que hizo girarme. El cochecito había empezado a moverse e iba rodando hacia el final de una explanada en la que había un pequeño barranco (estábamos en el pueblo de vacaciones). Corrí tanto como mis piernas me permitieron y con el corazón en la garganta agarré de nuevo el manillar del cochecito. Nunca se lo conté a mi madre, pero descubrí la importancia de utilizar los frenos del cochecito cuando estás parado. Estoy seguro de que la mamá del vídeo también lo ha aprendido.
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