No es la primera vez. Cada vez que algún pasajero habla de su mala experiencia compartiendo el vuelo con un bebé, y más si se hace viral como en este caso, se vuelve a abrir el debate.
Esta vez ha sido el músico Henry Beasly, de la banda Balu Brigada, quien compartió en Tiktok lo terrible que había sido un viaje desde Nueva Zelanda a Berlín, un total de 29 horas con escalas incluidas, en los que tuvo que soportar constantemente el llanto de un bebé.
En el vídeo, que acumula más de 12 millones de reproducciones, podemos ver su cara en primer plano, muy molesto, con espasmos en un ojo y rótulos como: "Puntúen mi vuelo de 29 horas a Berlín", "El niño tiene buenos pulmones», y acaba con un "Llévenselo a casa ahora..." (pero, ¿a dónde se lo van a llevar, si están en un avión?).
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Entiendo que puede ser irritante oír llorar a un bebé, especialmente si no tienes hijos, porque no has estado allí. Pero por empezar, es humanamente imposible que un bebé llore 29 horas sin parar, habrá sido de a ratos. Ha llorado sí, puede oírse en el vídeo, pero como llora cualquier bebé al que le pasa algo y el llanto es su única forma de comunicarse.
Los comentarios al vídeo han dado mucho que hablar en torno a los bebés en los aviones y a que la mayoría los prefiere lejos. “Honestamente, debería haber vuelos libres de niños y vuelos para niños”, escribió una persona, y el comentario recibió más de 220,000 me gusta. Otra persona escribió: “No deberían permitir niños en vuelos de más de cuatro horas”.
No culpes a un bebé: si llora, algo le pasa
Los bebés son bebés, no lloran para molestarte. Hay padres que regalan algún detalle al resto de los pasajeros para disculparse por adelantado si su bebé llora. Algo que considero totalmente innecesario, pero si ellos se sienten mejor, adelante. Un bebé es un bebé. No llora a propósito para molestar a los pasajeros. Si llora es porque algo le pasa: le duelen los oídos (son muy sensibles a la altura), está irritable, tiene cólicos, tiene hambre, o lo que sea... Y lo que deberían hacer los demás es intentar ayudar a ese bebé y a esos padres que tampoco lo están pasando bien.
Hemos visto casos de pasajeros que ayudaron a los padres a calmar a su bebé cuando se vieron desbordados, e incluso azafatas que empatizaron con esa familia e intentaron buscar una solución para todos.
Pasajeros con peores comportamientos. Centrarnos en un bebé indefenso es fácil, pero ¿que pasa con las personas maleducadas que viajan en avión todos los días? Hablamos de adultos que son conscientes de sus actos, a diferencia de un bebé que no lo es. Adultos que gritan, huelen mal, beben, golpean el respaldo de tu asiento todo el viaje y les importa un pimiento que te moleste, y demás comportamientos que dejan mucho que desear. Sin lugar a dudas, prefiero un bebé llorando.
Vuelos sin niños, ¿de verdad? ¿Acaso alguien sugiere que haya vuelos sin hombres, o sin mujeres, o sin personas mayores? No, verdad. ¿Por qué entonces tratar a los niños como ciudadanos de segunda que se pueden excluir? Como he comentado en esta carta abierta a quienes creen que los niños no deberían viajar en avión, los bebés también son pasajeros, no son "cosas que molestan". Y otra observación que menciono en esa carta:
"Quiero empezar por recodarles que alguna vez habéis sido niños, y que si no sois padres todavía, tal vez en un futuro tendréis hijos y, por necesidad o por elección, viajaréis con ellos en avión. Algún día puede que seáis vosotros los que tengáis un niño en brazos que no para de llorar. Y os lo prometo, desearéis que los demás pasajeros sean mucho más comprensivos con vosotros y con vuestros hijos de lo que estáis siendo ahora con los de los demás".
No te quejes, ayuda
Por tanto, la queja es fácil. No cuesta nada hacer un vídeo con cara de atormentado por culpa de un bebé, que si se hace viral, mucho mejor porque además le dará promoción a tu banda musical. Pero ayudar no nace tan fácilmente; es mejor protestar.
Cuando te veas en una situación así, piensa que cuando un bebé llora de esa manera es porque lo está pasando mal. También lo pasan mal sus padres, estresados por no poder calmarlo, y el resto de los pasajeros por oírlo. Por tanto, en lugar de quejarte, hazte esta pregunta: ¿cómo puedo ayudar?