La pandemia nos ha dejado historias muy duras, pero afortunadamente también muchas con final feliz, como la de Kelsey Townsend, de 32 años, que acaba de ser dada de alta y por fin pudo verle la carita a su bebé por primera vez, tres meses después de haber dado a luz.
A la madre le diagnosticaron Covid en la recta final de la gestación, con nueve meses de embarazo. Al poco tiempo fue ingresada en el hospital debido a que presentaba dificultad para respirar, tos y neumonía. Sus niveles de oxigenación en la sangre eran menores a 40 por ciento, cuando lo normal es del 95 por ciento.
Al empeorar su situación, se le indujo el coma y se le realizó una cesárea el 4 de noviembre para que naciera la pequeña Lucy, quien dio negativo al virus y luego se unió al resto de la familia en casa.
La salud de la madre seguía deteriorándose y requirió ser trasladada al centro UW Health en Madison, donde pasó varios meses conectada a un ventilador. Incluso a finales de diciembre los médicos dijeron que necesitaría un doble trasplante de pulmón.
"No había mucha certeza de que volvería a casa. Hubo muchas noches en las que recibí llamadas telefónicas de los médicos que decían que no creían que iba a sobrevivir a la noche; era una montaña rusa emocional ", cuenta su marido Derek a CBSNews.
Pero afortunadamente empezó a mejorar de forma significativa, tanto que la sacaron de la unidad de cuidados intensivos, le quitaron el ventilador a mediados de enero y la retiraron de la lista de espera para trasplantes.
Finalmente, el pasado 27 de enero recibió el alta y pudo tocar por primera vez a su bebé recién nacida, así como reunirse con el resto de su familia, ya que la pareja tiene tres hijos más.
“Nos unimos instantáneamente cuando nos conocimos. Me dio una gran sonrisa y me miró como si supiera exactamente quién era y eso me hizo sentir muy feliz ”, contó la madre a CTVNews.
Vía | CTVNews
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