Los niños con capacidades especiales son precisamente eso, seres especiales, únicos y como tal debemos tratarlos. Por desgracia, parece que son, junto con las personas mayores, "el eslabón más desprotegido y vulnerable de la sociedad".
No lo digo yo, sino Marta, madre de Edu. Su hijo ha cumplido 15 años pero, como explica su madre, "es un niño de dos años encerrado en el cuerpo de un gigante".
Su afición por la música y sus risas con gran volumen parecen molestar a una de sus vecinas de toda la vida así que ha amenazado a su madre con denunciarla a la policía si no impide que Edu salga al jardín. Marta decidió contar lo que estaba ocurriendo en su cuenta de Twitter y, en solo dos días, sus palabras han sido retuiteadas más de 32.000 veces y ha recibido el apoyo de más 206.400 personas, con sus "Me gusta".
Ella misma reconoce que no se esperaba tanto apoyo cuando escribió este hilo "como desahogo y pataleo".
"Se una a las risas, aunque sean a su costa"
Sin duda alguna los niños pequeños son los seres más inocentes del mundo y son incapaces de ver la maldad. Así habla Marta de su hijo Edu en el hilo publicado en las redes sociales, para expresar su "impotencia, desesperanza, rabia y tristeza".
Hoy siento mucha impotencia, desesperanza, rabia y tristeza. Hoy mi vecina me denuncia a la policía y luego me amenaza. Delito: mi hijo con capacidades especiales le resulta molesto cuando sale al jardín y canta y baila, y saluda a la gente que pasa x la calle.
— Marta R.S. (@martuki77777) May 24, 2021
Sabe que su hijo no aprenderá a leer, pero "es feliz con su móvil", escuchando villancicos todo el año o riéndose a carcajada limpia con escenas de películas infantiles que ha visto una y mil veces.
Nunca aprenderá a leer, ni los colores, pero es feliz con su móvil. No ve la maldad en nadie, ni sufre por las mofas o las burlas, se une a las risas aunque sean a su costa. Como es un niño de 2 años atrapado en un cuerpo de un gigante no entiende la miseria humana.
— Marta R.S. (@martuki77777) May 24, 2021
Asegura su madre que "hasta lo más cotidiano con Edu se convierte en un reto", por eso no puede entender "en qué clase de sociedad vivimos", de la que "ni siquiera cabe esperar comprensión o solidaridad": "¿Ni siquiera a Edu le cabe esperar el cariño o la sensibilidad de sus vecinos que le han visto crecer?"
Y lo dice con conocimiento de causa, tras ser amenazada por una vecina que asegura que su hijo molesta.
"¿Tengo que encerrar a mi hijo en casa?"
De verdad que como persona y madre me horroriza comprobar que existen personas tan poco humanas. ¿Como puede decir alguien a la madre de un niño diferente, al que ha visto crecer, que "le importa una mierda mi vida y mi hijo"? Aunque yo no he tenido que criar a un hijo con capacidades diferentes, comparto cien por cien las palabras de Marta afirmando que "nadie está preparado para tener un hijo especial".
Pero aún así, explica "no pido nada de nadie":
"Vivimos en paz, incluso me atrevería a decir que felices. ¿Es mucho pedir tolerancia, sensibilidad, una sonrisa amable? Incluso un silencio, aunque sea condescendiente, me es suficiente".
Y finaliza su declaración de amor hacia su hijo y de denuncia hacia la actitud de su vecina, con unas palabras con las que estoy totalmente de acuerdo. Esperemos que no tengamos que volver a hablar de situaciones tan lamentables como esta y nos coloquemos al lado de estos niños especiales.
Por fortuna, quiero creer que estas son excepciones y que la mayoría de la gente sí que empatiza con los niños diferentes y les ayuda a superar duros momentos o logra que se sientan más felices e integrados. Prefiero quedarme con sus acciones.
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