Las mujeres que son madres a partir de los 35 años tienen mayor esperanza de vida, asegura una eminencia en genética

Las mujeres españolas tienen su primer hijo, de media, a los 32,6 años, según datos del INE, siendo el país europeo donde más mujeres son madres primerizas cumplidos los 40 años, cifra que se ha duplicado en las últimas dos décadas.

Mucho se habla de los riesgos de la maternidad tardía, pero también hay ventajas. Las mujeres que tienen hijos en edades más avanzadas tienden a vivir más tiempo, gracias a una predisposición genética que favorece la longevidad.

Así lo afirma el genetista José Miguel García Sagredo, quien respalda su afirmación en tres estudios, el más reciente de 2023, que concluyen que las mujeres con embarazos tardíos suelen alcanzar una mayor esperanza de vida.

Ser madre a edad avanzada aumenta la esperanza de vida

García Sagredo, académico de Genética de la Real Academia Nacional de Medicina (RANME) y excoordinador del Servicio de Genética Médica del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, menciona teorías relacionadas con la compensación biológica y la velocidad del envejecimiento.

Estas teorías sugieren que las mujeres que se convierten en madres a partir de los 35 años tienen una mayor esperanza de vida debido a factores genéticos. Sin embargo, el experto aclara que no es posible establecer cuántos años adicionales viven, ya que los estudios son estadísticos y no individuales. En España, la esperanza de vida de las mujeres es de aproximadamente 85 años, mientras que la edad media de la maternidad está cerca de los 33 años.

"Las mujeres que tienen embarazos espontáneos tardíos tienen una esperanza de vida mayor", afirma el también expresidente de la European Cytogeneticists Association.
“Hay varias teorías de compensación biológica y de velocidad de envejecimiento que demuestran que la capacidad de tener hijos más tarde es un indicador de senescencia (envejecimiento de las células) tardía o prolongada, es una constatación de un estado biológico”, señaló el profesor García Sagredo.

La capacidad de tener hijos tarde predispone a una vida más larga

Según el experto, la capacidad de tener hijos a la edad de 35 años o más es un indicador biológico de envejecimiento tardío, ya que refleja una biología que favorece la longevidad.

"Esta esperanza de vida se traduce en menos probabilidades de morir temprano por una enfermedad y no es cuestión de cuándo se decide la edad para tener hijos, sino de la capacidad de tener hijos tarde, que no todas las mujeres la tienen, y forma parte de su constitución biológica", añade.

Sugiere que las mujeres que son madres a edades avanzadas tienen características biológicas específicas que no todas las mujeres poseen. Tienen una mayor predisposición genética a la longevidad que les ha permitido ser madres a mayor edad de lo esperado. De forma espontánea, aclara.

No obstante, aunque para lograr esta mayor esperanza de vida influyen ciertos factores genéticos, el genetista destaca que es "esencial llevar un estilo de vida saludable donde haya hábitos de alimentación y ejercicio físico correctos y con poco estrés metabólico".  El profesor pide, eso sí, que estos estudios no animen a ninguna mujer a tener hijos más tarde con la idea de vivir más tiempo. "No me parece sensato", apunta.

Los hermanos de estas madres, también son más longevos

El académico añade otro datos curioso sobre la genética de estas mujeres, en este caso relacionado con sus hermanos.

"Los varones cuyas hermanas dieron a luz a una edad tardía tienden a tener una esperanza de vida significativamente más larga. Esto sugiere que el vínculo entre la fertilidad prolongada y la longevidad tiene un componente genético. Los hermanos comparten el 50% de sus genes, luego los genes positivos para una mayor esperanza de vida están compartidos", manifiesta.

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