La nueva técnica permite una mejor planificación del embarazo, así como una sincronización de las posibles donaciones. Los óvulos conservados a través de vitrificación presentan además las mismas posibilidades de ser fecundados con éxito con respecto a los óvulos recién extraídos. Desde el mes de octubre, el IVI (Instituto Valenciano de Infertilidad) ha empleado la nueva técnica con 225 óvulos, logrando que 217 sobrevivieran presentando intactas sus características estructurales. Gracias a ello, se ha logrado elevar la tasa de éxito de un embarazo que estaba situada entorno al 30% y ahora en un 64%, todo un éxito sin duda. A diferencia de los resultados con embriones o espermatozoides, las técnicas tradicionales que se utilizaban para conservar un óvulo resultaban bastante infructuosas, ya que se necesitaban hasta cien óvulos congelados para lograr un recién nacido. Con la vitrificación, esto ha pasado a la historia, el procedimiento es el siguiente:
Primero se reduce la temperatura a la que se expone el ovocito, de 22º C iniciales a -196º C de una manera súbita, tan súbita que la velocidad de enfriado es de 23.000 grados por minuto, a diferencia de las técnicas tradicionales donde la velocidad era de 1º C por minuto. Posteriormente se utilizan crioprotectores para evitar cualquier posible daño y finalmente se congela en “seco" con nitrógeno líquido.
Son magníficos resultados los que se han obtenido, se trata de un gran avance en la lucha contra la infertilidad y la pérdida de material genético. Además, el coste del procedimiento es significativamente inferior al de la fecundación in vitro, unos 2.000 euros.
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