Los padres que pueden elegir prefieren tener niñas. Creen que son más fáciles de criar y menos problemáticas que los hijos varones

Durante siglos, los padres han preferido tener hijos varones por los prejuicios que existían contra las niñas. Ellos ganaban más dinero, heredaban propiedades y tenían derechos a los que las mujeres no accedían. Pero esto ha cambiado, hoy en día tener niñas es deseable para los padres que quieren que sus hijas sean felices.

No siempre se puede elegir el sexo del bebé, pero sí está permitido en algunos países para los procesos de fecundación in vitro (FIV). En España, y en todos los países europeos excepto Chipre, solo es posible por causas médicas relacionadas con enfermedades ligadas a los cromosomas sexuales.

En Estados Unidos, donde la industria está débilmente regulada y la selección del sexo es legal, los padres y madres blancos eligen embriones femeninos el 70 por ciento de las veces para su primer hijo, mientras que los padres de ascendencia india y china son más propensos a elegir niños, según un estudio citado por Emi Nietfeld en un reportaje de la revista Slate.

Las hijas completan la familia

Entre las parejas que se someten a la fecundación in vitro, es imposible precisar qué porcentaje lo hace únicamente para seleccionar el sexo y cuántos eligen niñas. Pero sin duda, esta técnica es una ventaja frente a la concepción natural donde las posibilidades de elegir el sexo del bebé son nulas, por más que haya teorías sobre la dieta a seguir o el momento en que se deben tener relaciones sexuales para influir en que sea niño o niña. Es una lotería.

También en el caso de adopciones, los padres demuestran preferencia por las niñas en los últimos años. Un estudio de 2010 mostró que los padres adoptivos estadounidenses tenían un 30 por ciento más de probabilidades de preferir niñas que niños, y que incluso estaban dispuestos a asumir más costos para asegurarse una hija.

Según demuestran los datos demográficos, tener una hija hace que sea menos probable que se sigan teniendo hijos. Según explica Nietfeld, la mayoría de los padres que seleccionan hijas en los tratamientos de FIV ya tienen hijos varones, una situación que las clínicas de fertilidad llaman "equilibrio familiar". Esto indica que los padres tienen la sensación de que una hija es lo que hace que una familia esté completa.

Las niñas tienen un futuro prometedor

En los últimos cuarenta o cincuenta años ha habido un gran cambio social para las mujeres. Aunque todavía se enfrentan a la desigualdad y al sexismo, ahora ellas están mejor preparadas y tienen más probabilidades que los hombres de ser graduadas universitarias. En más del 60% de los países -entre ellos España- hay muchas más mujeres en la educación superior que hombres, según el INE. Tienen más probabilidades de seguir carreras gratificantes y tener un papel más importante en la toma de decisiones familiares.

Los padres tienen la percepción de que las niñas son más fáciles de criar. Se asocia a las niñas con ser más cariñosas, empáticas y comunicativas. Además, las perciben como un mejor apoyo emocional para la familia y mejores cuidadoras cuando ellos lleguen a la vejez. Especialmente las madres pueden querer que su hija comparta actividades o intereses que ella disfruta y tener una relación afectiva más estrecha entre madre e hija.

Ahora que las niñas practican deportes y hacen otras cosas que antes se consideraban masculinas, los padres también podrían sentir más afinidad por ellas.

¿Qué tienen de malo los niños?

Los estereotipos de género hacia las niñas han cambiado mucho en los últimos años, pero hacia los niños no tanto. "Podría ser que los hombres sean tan parciales como siempre, pero tengan menos voz y voto a la hora de tener otro hijo", dijo Dahl, profesor de economía de la Universidad de California en San Diego en un artículo de The New York Times.

Muchas madres que prefieren tener niñas, aún entre las que tienen niños, comentan que quieren evitar las "masculinidad tóxica". Muchas dicen que quieren darles hermanas a sus hijos para convertirlos en mejores hombres.

Tanto los padres como las madres tienen la percepción de que los niños son más problemáticos. Los datos dicen que los hombres tienen menos probabilidades de terminar la escuela secundaria, graduarse de la universidad y tener hijos. Según datos estadísticos, también es más probable que un niño sea diagnosticado con autismo (cuatro niños por cada niña) o cometa un tiroteo masivo, apunta la experta.

Si un hombre se esfuerza por tener éxito, dirigir una empresa y ganar mucho dinero puede ser visto como un "capitalista asqueroso", mientras que la mujer es vista como empoderada en un mercado en el que pocas mujeres destacan.

El dilema ético y el sexismo

Según Jeffrey Steinberg, fundador de los Institutos de la Fertilidad, el negocio de la selección de sexo recauda 500 millones de dólares anuales para las clínicas privadas en Estados Unidos, con un potencial de crecimiento ilimitado. 

Las familias que tienen posibilidades económicas pueden secuenciar los genomas de sus embriones por 2.500 dólares cada uno y "diseñar" un bebé a medida con menor riesgo de enfermedades, mayor altura, hasta incluso rasgos genéticos como seleccionar el color de ojos.

“Tienes en mente esta imagen de la familia que deseas”, apunta Laura Kerwin, psicóloga formada en Harvard. “¿Pero qué haces si la chica sale y no quiere ser una niña o no es la chica ideal que tienes en mente?” No sólo los padres se sentirán decepcionados, sino que los niños se rebelarán.

Al elegir el sexo del bebé no puedes prever el género de tu hijo, y mucho menos cómo elegirá expresarlo o cómo será como ser humano. Por tanto, la elección está basada puramente en estereotipos sexistas

“El acto mismo de selección del sexo es sexista”, sostiene Arianne Shahvisi, profesora de filosofía en la Facultad de Medicina de Brighton y Sussex en el Reino Unido, donde la selección electiva del sexo es ilegal.



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