Un niño de siete años es esposado, trasladado en un coche patrulla y conducido por la policía hasta un hospital para someterle a una valoración psiquiátrica, después de que su profesora le acusara de haberle agredido.
No estamos hablando de un enrevesado argumento de ficción, sino de lo que ha vivido un niño de una escuela de Primaria en Miami (Estados Unidos), y que ha dividido a la opinión pública. De un lado, quienes defienden la actuación policial, y de otros quienes consideran que las medidas aplicadas resultan desproporcionadas para un niño de tan corta edad.
Era la segunda vez que el menor mostraba comportamientos violentos
Según informa el diario El Nuevo Herald, el niño de siete años y estudiante de Primer Grado (Primaria) del colegio Coral Way K-8 Center en Miami, se encontraba comiendo en la cafetería del colegio cuando una profesora le increpó que estuviera jugando con la comida y le sacó al pasillo.
En ese momento, y según fuentes policiales, el niño golpeó por la espalda a la profesora y se enzarzó con ella en una pelea de puñetazos y patadas que les hizo a ambos caer al suelo.
Tras avisar a la familia del menor, el centro escolar también dio aviso a la policía, pues era la segunda vez que el niño mostraba este tipo de comportamiento y ya había sido expulsado el pasado mes noviembre por una situación similar.
"Comenzó a comportarse erráticamente y golpeó a una maestra. Debido a una gran preocupación por el estudiante y para garantizar su seguridad y la de quienes lo rodeaban, fue restringido de acuerdo a la Ley Baker y transportado al hospital para ser evaluado" - destacó la portavoz de las escuelas públicas, Jackie Calzadilla.
La Ley Backer a la que hace referencia la portavoz es una ley de salud mental de Florida, que permite detener a una persona basándose en criterios de comportamiento que puedan indicar que el individuo representa un peligro para sí mismo y para quienes le rodean.
La policía de Miami se personó en el colegio del niño y, sin el consentimiento de su familia, se llevaron al menor arrestado y esposado hasta el Hospital de Niños Nicklaus de Miami, donde fue dado de alta horas después tras ser sometido a una evalucación psiquiátrica.
En este video grabado por la madre del pequeño puede verse el momento del arresto policial y la llegada al hospital.
Un castigo desproporcionado
La familia del niño no termina de creerse la versión de los hechos que ha aportado la escuela, pues considera difícil que un niño de siete años sea capaz de tirar al suelo a un profesor.
Además, sostienen que su hijo siempre fue un buen alumno y que los problemas de conducta comenzaron al iniciarse este curso académico, por lo que creen que su hijo está siendo víctima de acoso escolar y que el centro no ha sabido detectarlo.
Por ello, los padres están evaluando posibles acciones legales contra el Sistema Escolar de Miami-Dade, y estudian presentar una queja formal ante la policía, pues consideran injusto y desproporcionado el trato que ha recibido el menor.
Afirman que su hijo estaba tranquilo cuando la policía le arrestó y que, por tanto, las esposas no eran necesarias. Consideran que ha habido un abuso de fuerza por parte de la policía y que un niño de siete años no merece ser tratado como un criminal.
Por su parte, la cadena de noticias Univisión lanzó una encuesta popular preguntando a los internautas si consideraban o no desproporcionada la actuación policial y la opinión está claramente dividida, como podemos ver en esta imagen:
Algunas familias se han volcado con estos padres, mostrándoles su apoyo e indignación y sumándose a sus denuncias públicas. Sin embargo, también son muchas las personas que consideran que la actuación policial está más que justificada y que no se trata de abuso de poder o de fuerza, sino de un método correctivo necesario para evitar problemas futuros.
Confieso que las imágenes del niño esposado y escoltado por la policía me han revuelto por dentro. ¿Adónde vamos a llegar? ¿Es esta la mejor forma de corregir y enseñar a un niño? Desde luego creo que no, y me apena profundamente que en su colegio no existan otras medidas para tratar estos casos basadas en la empatía, la educación emocional y la psicología. Pero sobre todo, me apena que haya quien lo justifique. ¿Que os parece a vosotros?
Via El Nuevo Herald
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