El estudio llevado a cabo en el St. Thomas Hospital de Londres determina que el consumo de la Vitamina E duplica el índice de probabilidades de tener un parto en el que el niño nazca muerto, disminuye el peso del bebé y puede conducir a complicaciones cardíacas.
Uno de los investigadores que participó en el estudio, el profesor Campbell cree que la vitamina E puede perturbar una capacidad inherente al sistema inmunológico de la madre, que es la de no percibir al feto como un "invasor". Según él, las vitaminas pueden alterar las funciones de la placenta, privando al feto de sustancias nutritivas y explica que los hijos nacidos de mujeres que tomaron vitamina E tienen un riesgo mayor de contraer enfermedades como el asma o los eccemas.
Entre las peticiones de los científicos británicos, está la de exigir a las autoridades que coloquen un alerta en los empaques de vitamina E que indique que su consumo es delicado durante el embarazo.
Vía | El Universal