Siempre que hablamos de alimentación en el embarazo y la dieta de los más pequeños remarcamos la importancia de ofrecer una dieta variada que aporte los nutrientes que el niño necesita desde el momento de su concepción.
Un vitamina que no debe faltar en tus platos desde la gestación es la vitamina E, un nutriente clave en embarazadas y menores de dos años, pues tiene un impacto positivo en el sistema nervioso, contribuye a impulsar el desarrollo neurológico del bebé y le fortalece contra las infecciones.
No es habitual que se produzca déficit de esta vitamina en los países desarrollados, pero es cierto que a veces los niños rechazan algunos alimentos como las verduras, que son fuente de vitamina E, especialmente las de hoja verde.
Según una revisión de estudios realizada por investigadores del College of Public Health and Human Sciences de la Universidad de Oregon, en Estados Unidos, se ha constatado la importancia de la vitamina E durante el desarrollo fetal y en los primeros mil días de vida. También afirma que niveles inadecuados de vitamina E están asociados con un aumento de las infecciones, con anemia, asma y retraso del crecimiento.
Por su parte, la deficiencia de esta vitamina, especialmente en los niños, puede causar trastornos neurológicos, deterioro muscular e incluso miocardiopatía.
Los científicos recomiendan que se tomen unos 15 miligramos de vitamina E al día al menos desde la concepción a través de una dieta equilibrada donde se incluyan varias fuentes de esta vitamina como pueden ser los aceites vegetales, las semillas, las verduras, los cereales, los pescados grasos y los frutos secos.
Vía | ABC
Foto | Thinkstock
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