Tener hijos es una experiencia como ninguna otra, llena de nuevas aventuras y retos, así como de momentos felices e inesperados. Y aunque por sí sola nos llena de grandes y maravillosas emociones, sabemos que cuando son compartidas, las alegrías son aún mayores.
Por ello, y porque conozco el maravilloso papel que juegan esas personas que son casi de nuestra familia, hoy quiero dedicar un escrito a nuestros amigos y agradecerles por querer tanto a nuestros hijos.
La importancia de la tribu
En otras ocasiones he hablado acerca de cómo el tener una tribu nos facilita la labor de ser madres, y también, de la importancia de vivir la maternidad con mujeres que estén en la misma etapa que tú, pues también se vuelven una parte esencial de esta famosa tribu que vamos formando.
Sin embargo, además de aquellas que están experimentando la maternidad a la par de nosotros, también hay otras personas que forman parte de esta poderosa red de apoyo tan importante. Me refiero a nuestros amigos, aquellas personas que conocemos desde hace pocos o muchos años antes de tener hijos.
Independientemente de si ya tienen hijos propios o aún no, estas amistades son muy especiales, pues muchas de ellas nos han acompañado desde el embarazo, ofreciéndonos su compañía y apoyo, volviéndose parte esencial de nuestras vidas, y ahora también, de la de nuestros hijos.
Y porque siempre debemos ser agradecidos y valorar lo que tenemos, hoy dedico estas palabras no solamente a mis amigos, sino a todas aquellas personas que tienen algún "sobrino", hijo de algún amigo o amiga y que se han vuelto casi parte de la familia.
A mis amigos: gracias por querer tanto a mis hijos
Queridos amigos,
Ustedes saben que ser madre ha sido una de las experiencias más gratificantes y maravillosas de mi vida. Tener un bebé y verle verle crecer, es uno de los espectáculos más impresionantes que podemos experimentar. Y el tenerlos a ustedes, sin duda lo ha hecho mejor.
Hoy quiero agradecerles no solamente por la amistad que hemos mantenido con el paso de los años, que es indudablemente una de las cosas que más valoro en mi vida adulta, pues como sé, a veces con la llegada de los hijos y los distintos cambios de vida, las amistades pueden verse afectadas o incluso finalizadas.
Pero con ustedes no ha sido así. Con ustedes ha sido totalmente lo opuesto, pues desde que me convertí en madre nuestra amistad no solamente se ha mantenido, sino que se ha fortalecido. Y lo más bello de todo, es que ese cariño que nos tenemos, también lo han extendido ahora hacia mis hijos.
Verles jugar juntos, saludarse con cariño, celebrar sus triunfos y escucharles llamarlos "tíos" incluso sin ser realmente familia, es una de las sensaciones más lindas que alguien puede sentir. Pocas cosas pueden compararse con ese sentimiento de alegría al ver que las personas que quieres también se quieren mutuamente.
Así que mugras gracias, por ser prácticamente como familia para nosotros, por acompañarlos en los triunfos, por preocuparse en los malos ratos y por ser cómplices de juego cuando así se requiere. Ver a mis hijos sonreír junto a ustedes, es una escena que siempre me hará sonreír. Gracias por querer a mis hijos.
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