El Día de la Madre es, sin duda alguna, una fecha muy especial para todos, pues es un día dedicado especialmente a reconocer la dedicación materna y celebrar el amor incondicional de las madres hacia los hijos. Personalmente, es un día que me gusta mucho porque nos recuerda tomar una pausa para agradecer y pasar tiempo en familia. Y claro, como mamá también es lindo recibir algún mimo o detalle.
Sin embargo, aunque disfruto ver y me alegra mucho que celebren a todas las madres, desde hace algunos años evito mirar las redes sociales en esta fecha en particular.
Pero antes de que pienses que solo estoy siendo negativa, debes saber que hay una muy buena e importante razón por la que he decidido dejar de hacerlo. Y la ciencia reafirma mi decisión.
El Día de la Madre en la era de la comparación
Lo que antes era una ocasión especial para compartir y reflexionar sobre el vínculo único entre madres e hijos, ahora parece estar inmerso en una especie de competencia por mostrar una vida perfecta y sin defectos en las redes sociales, que termina por afectar a las madres (algo de lo que hablaré más adelante).
El Día de la Madre actualmente se ha convertido en su mayoría en puro postureo, caracterizado por fotos cuidadosamente editadas y mensajes idealizados sobre la maternidad, que más que ser una celebración de la maternidad, pareciera una competencia: por la mejor foto, el regalo más caro, el mejor vestido, los mejores hijos, el ramo de flores más grande...
Y como decía al inicio, evitar las redes sociales en esta fecha no se trata de ser pesimista o ser hater de esta fecha, sino todo lo contrario: precisamente porque creo que es un día emotivo es que evito revisarlas.
Prefiero centrarme en las experiencias genuinas y significativas que comparto con mi familia en la vida real durante esta fecha tan bonita e importante. Esos momentos tan ordinarios pero preciosos, como las risas compartidas y los abrazos reconfortantes, son los que realmente definen mi experiencia como madre y que hacen especial este día.
Dicho de otro modo, prefiero darle prioridad a reconectar con lo que realmente importa, en lugar de sumergirme en ese mundo digital que a menudo está lleno de filtros y apariencias. Mi celebración del Día de la Madre es quizás más sencilla pero también más íntima y significativa. Y, si soy totalmente honesta, la disfruto mucho más que en otros años donde sí revisaba redes sociales o me interesaba por tener una foto perfecta para compartir en ese día.
Así que, mientras muchos comparten sus momentos en línea, yo elijo saborear las pequeñas alegrías y los momentos cotidianos que hacen que la maternidad sea especial, independientemente de lo que digan las redes sociales.
Cuando las redes sociales idealizan la maternidad
Dicho todo esto, tengo que añadir que nunca estaré en contra de compartir momentos significativos y felices en línea: creo que una de las grandes ventajas de las redes sociales es que nos dan la maravillosa oportunidad de poder conectar con otros, compartiendo un poco de nuestra vida con quienes están lejos y de alguna manera poder celebrar juntos pese a la distancia.
Sin embargo, como madre y editora de maternidad tengo que ser sincera y reconocer que las redes sociales también pueden distorsionar la realidad y afectar a las madres, creando expectativas poco realistas sobre la maternidad y generando presiones innecesarias para alcanzar la perfección (que, por cierto, no existe).
Y la ciencia se ha encargado en varias ocasiones de demostrar las consecuencias de esto. De acuerdo con un estudio, las mamás influencers en las redes sociales afectan negativamente la salud mental de las madres, al mostrar una maternidad idealizada.
En el mismo estudio, se encontró que las madres recientes son las que más tienden a caer en comparaciones, mientras que las madres en general manifestaban que esas representaciones idealizadas les generaban niveles signifivativamente altos de envidia y ansiedad, lo que en consecuencia resulta perjudicial y dañino para su salud mental.
Otra investigación similar, encontró que el uso de Facebook estaba relacionada con altos niveles de estrés en las nuevas madres sobre su desempeño maternal, y que a mayor uso de redes sociales, aumentaban indirectamente los síntomas de depresión de las madres.
Esto no quiere decir que las redes sociales sean enteramente negativas: creo que siguen teniendo muchos beneficios para nosotras, especialmente a la hora de buscar conectar con otras madres y hacer comunidad. Pero al menos en el Día de la Madre, es una de esas cosas que elijo mantener alejada de mi vista y enfocarme mejor en el momento presente.
Foto de portada | Pavel Danilyuk en Pexels