Hay muchas decisiones y prácticas de la crianza de los hijos que frecuentemente son cuestionadas. Una de ellas es el colecho, sobre el cual ya he establecido mi postura a favor de él y lo he defendido aquí como en mi blog personal. Aunque son muchísimas las familias que lo practican, sigue siendo algo que tiende a recibir comentarios que no siempre son positivos.
De acuerdo con algunas personas, dormir con nuestros hijos puede hacerlos dependientes e inseguros, a pesar de que esto no es verdad y que son muchos otros los factores que pueden influir en que esto suceda. Recuerdo que como muchas otras madres primerizas, en algún momento llegué a creer esto, hasta que leí sobre sus beneficios y cambié de opinión al comenzar a practicar colecho con mi hija.
Aunque no hay una edad específica en la que los padres deban dejar de hacer colecho, me he encontrado a madres en grupos de crianza en redes sociales, desesperadas y pidiendo ayuda porque sus hijos de seis, siete y hasta ocho años a veces vuelven a su cama por las noches.
Así que en esta ocasión me gustaría compartir una breve reflexión abordando este tema, porque seguro más de una familia se ha encontrado con su hijo que ya es "mayor" regresando en alguna noche a la cama de los padres, y se ha preguntado si esto tiene algo de malo.
La magia de la cama de los padres
¿Por qué los niños continúan regresando a nuestra cama, incluso cuando ya son mayores? La respuesta es sencilla, pero a la vez profunda. Lo más fácil, es decir que es porque ahí estarán acompañados por las personas que les aman y les han cuidado desde que eran bebés.
Sin embargo, es mucho más que solo el hecho de estar acompañados. La cama de los padres representa un lugar de paz, calor, seguridad. Un lugar mágico en el que todos los miedos desparecen, y donde cualquier malestar es menor.
¿Cuántas veces no se ha despertado un niño atemorizado por una pesadilla, para después ir corriendo a la cama de sus padres? Algo similar sucede cuando enferman. Podrían quedarse en su habitación, sí. Pero el estar con ellos ayuda a sentirse mejor, dándoles esa tranquilidad que tanto necesitan en esos momentos.
Por qué no debes preocuparte
¿Recuerdas aquella etapa en la que tus hijos eran bebés y te preguntabas hasta cuándo dormirían toda la noche? Pues algo similar aplica para el colecho y también para esos momentos en los que tu hijo vuelve a tu habitación.
Como sabemos, el sueño de los niños es evolutivo. Es algo que poco a poco va cambiando. Una noche tu bebé no logra dormir más de tres horas seguidas, y de repente, ya duerme la noche completa sin ningún problema. A cierta edad no puede imaginar dormir en otro sitio que no sea tu cama, cuando un buen día anuncia que desea dormir en su propia habitación.
Lo mismo sucede con otros aspectos del sueño de nuestros hijos, y esas visitas nocturnas a la cama de los padres, cuando ya duermen en su propia habitación, también se irán reduciendo con el paso del tiempo, hasta que eventualmente ya no volverán más.
Así que si esto aún continúa sucediendo ocasionalmente y no representa algún problema mayor, no te preocupes y disfruta estas noches en las que tu pequeño regresa a tu lado. Nuestros hijos serán pequeños (y no tan pequeños) solo una vez.
Como ya lo mencionamos hace un tiempo, no hay una fecha límite para dejar de compartir la cama con nuestros hijos, pues esto varía según las necesidades y decisiones de cada familia. Mientras tanto, disfruta a tus hijos y llénalos de amor en esas noches en las que aún siguen necesitando tus brazos.
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