Usar el chupete, ¿sí o no?

Cuando nos vamos a convertir en padres por primera vez, comienzan a desfilar por nuestras conversaciones una serie de preguntas sobre decisiones que deberemos tomar en cuanto a la crianza y cuidado de nuestros hijos. Una de ellas, es la pregunta que sin duda todo padre se ha preguntando: ¿usaremos el chupete?

Muchos dicen que es perjudicial para la salud, mientras que otros padres lo ven como el héroe en momentos de crisis. Te comparto sus ventajas y desventajas, así como mi experiencia personal para que tomes la decisión que mejor les funcione a ti y a tu bebé.

Ventajas de usar el chupete

Comencemos hablando de los beneficios que da usar el chupete, que son varios y habremos de reconocerlos. La función principal del chupete es dar consuelo al bebé, haciéndolo que imite la succión que realiza cuando toma el pecho materno. Cuando se usa de manera adecuada, puede ser un aliado para las madres y padres.

La mayor ventaja del chupete es que ayuda a calmar al bebé y en ocasiones, hasta dormirlo. En un momento de crisis o llanto en que la mamá no esté cerca o por alguna razón no pueda darle el pecho, ayuda a tranquilizarlo. No por nada en inglés le llaman pacifier, que significa "pacificador".

Estudios recientes han comprobado que además ayuda a prevenir el síndrome de muerte súbita del lactante. En uno de ellos, vieron que el chupete funcionaba como protector, ya que la succión a ratos facilita un sueño menos profundo, reduciendo el riesgo de muerte súbita en un 70%.

Desventajas del uso del chupete

Aunque hubo una época en que usar el chupete era lo esperado, recientemente se ha descubierto que puede tener sus desventajas, especialmente si se le da un mal uso, ya sea por recurrir en exceso a él o dejárselo puesto al bebé todo el tiempo.

Debemos tener presente que hay un rango de edad recomendado para ofrecer el chupete. Por ejemplo, se recomienda no ofrecérselo al bebé durante el primer mes de edad pues puede interferir en la lactacia materna, haciendo más difícil acostumbrar a bebé al pecho materno, pues aunque imita la succión, definitivamente no es igual.

Así mismo, la edad límite para usarlo son los 12 meses, pues ahí es cuando se reduce drásticamente el riesgo de muerte súbita y más que beneficiar, se vuelve algo contraproducente pues podría aumentar la posibilidad de tener problemas dentales y un retraso en el desarrollo del lenguaje.

Entonces, usar el chupete, ¿sí o no?

Te cuento mi experiencia, esperando te ayude a tomar una decisión:

Cuando estaba embarazada, una amiga que estudiaba medicina me dijo que por nada en el mundo le diera el chupete a mi hija, ya que además de enchuecarle los dientes, haría que se le hundiera la fontanela por la succión constante (que ahora que lo pienso años después, no tiene mucho sentido). Encima me lo dijo todo con voz de alarma y mucha seriedad, lo que hizo que la embarazada primeria que yo era en aquel entonces entrara en pánico y pensara que el chupete era creación del mismo diablo.

Cuando nació mi hija la historia fue diferente. Se nos dificultó mucho iniciar la lactancia como lo manda la naturaleza porque no lograba acomodarla en mi pecho y por miedos ridículos de madre primeriza, no pedí ayuda ni asesoría. Ella lloraba y yo me ponía muy nerviosa, así que un día intentamos el chupete y funcionó. Descansé yo y descansó ella. Aunque logramos tener lactacia mixta durante 8 meses, el chupete estuvo presente. Especialmente porque volví al trabajo cuando ella tenía dos meses de edad y sirvió para consolarla cuando yo no estaba cerca.

Pero a pesar de que lo utilizábamos, siempre procuré limitar el tiempo en que lo tenía puesto. Lo usaba cuando no lograba calmar su llanto o cuando tenía horas intentando dormirla, ya era de madrugada y yo debía trabajar dentro de pocas horas. Poco a poco fuimos reduciendo el tiempo de uso, hasta que cerca de los 12 meses solo lo pedía para su siesta y a la hora de dormir. En ambos casos, una vez dormida, se lo quitaba.

Con el tiempo noté que si yo no se lo ofrecía a veces ella olvidaba pedirlo, asi que un buen día, decidí no dárselo más. Le expliqué que ya no lo necesitaba para dormir y que yo estaría cerca para abrazarla (hacemos colecho). Lo entendió bien, y aunque volvió a preguntar por él un par de noches después, nunca lloró ni se puso triste por no tenerlo.

En nuestro caso nunca se formó dependencia ni le torció los dientes ni hubo retraso en el lenguaje, y creo que todo esto se debió a que siempre tuvimos controlado el uso del chupete. Mi conclusión sobre el chupete sería que, si no lo ves necesario, no lo uses. Pero si lo necesitas, es importante usarlo responsablemente y con medida.

Al final, elegir usar chupete o no usarlo es decisión de cada madre y padre. De tener otro bebé, no le ofrecería el chupete como primera opción, pero si es necesario, volvería a utilizarlo cuidadosamente. ¿Tú le diste chupete a tus hijos?

Fotos | iStock
En Bebés y más | ¿Cuándo es perjudicial el uso del chupete?, Recomendaciones de la AEP sobre el uso del chupete, Guía del buen uso del chupete

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