Sobre el uso del chupete hay muchas opiniones, y algunas radicalmente opuestas. Por un lado, hay padres que consideran que es un accesorio imprescindible, pues relaja y calma al bebé, favorece el sueño, evita la succión del dedo y ayuda a sobrellevar mejor ciertas situaciones. Pero también hay familias que prefieren no ofrecérselo a sus hijos, con el fin de evitar dramas futuros cuando toque retirarlo, así como malformaciones bucodentales por un uso prolongado.
Lo cierto es que bien utilizado, el chupete no tiene por qué causar ningún problema si se retira a tiempo. Además, se considera que su succión es un factor protector frente a la muerte súbita del lactante.
Pero no todos los bebés aceptan de buen grado el chupete. De hecho, hay algunos que se muestran realmente reacios, lo escupen o incluso les produce arcadas. Si es el caso de tu bebé, lo único que puedes hacer es respetar sus gustos y no forzarle nunca; al fin y al cabo, no hay ningún problema en no utilizarlo.
Pero si tienes especial interés en que tu bebé acepte el chupete, te damos algunos consejos que podrían ayudarle a familiarizarse con él.
Respeta su ritmo
Los bebés nacen con un reflejo denominado 'reflejo de extrusión'. Se trata de un mecanismo de supervivencia que les lleva a empujar con la lengua cualquier cosa que notan en la boca que tenga una textura diferente a la leche.
Algunos bebés tienen un reflejo de extrusión muy marcado, lo que les provoca arcadas o les hace escupir con fuerza el chupete cuando se lo metemos en la boca. Esta situación también puede darse con la cuchara, ante el inicio de la alimentación complementaria.
Igualmente, si tu bebé se alimenta con lactancia materna exclusiva es más probable que rechace el chupete, al no estar acostumbrado al tacto de su tetina. Además, debes saber que no se recomienda que el bebé utilice chupete hasta que la lactancia esté completamente instaurada.
El reflejo de extrusión desaparece de forma natural entre los cuatro y los siete meses, aproximadamente. Por ello, el hecho de que tu bebé acepte el chupete muchas veces no es más que una simple cuestión de tiempo y respeto a sus ritmos madurativos.
Se paciente: ofrece cada día, sin forzar
Pero el reflejo de extrusión también se va inhibiendo ante las exposiciones repetidas. Es decir, si cada día ofrecemos un ratito el chupete a nuestro bebé, es más probable que acabe aceptándolo.
En cualquier caso, este proceso debe ser absolutamente respetuoso, y jamás forzar al bebé o presionar el chupete contra su boquita para que no pueda escupirlo. Simplemente acaricia con la tetina la parte central de sus labios para activar el reflejo de succión, y cuando tu bebé abra la boca introduce el chupete de forma suave.
Si lo escupe, repite la operación dos o tres veces y varias veces al día, aunque sin obsesionarse. Por supuesto, desiste si tu bebé da arcadas, llora o se muestra especialmente irritable.
Prueba diferentes tipos de tetina
Al igual que sucede con las tetinas de biberón, también hay diferentes formas de tetinas de chupetes. Podemos encontrar:
- Tetinas anatómicas: son las que mejor simulan el pezón materno, por lo que resultan la opción más adecuada para los más pequeños.
- Tetinas fisiológicas: son más planas y simétricas, y suelen estar recomendadas para bebés de entre seis y 18 meses.
- Tetinas redondas: Son totalmente esféricas y voluminosas, y las preferidas para muchos bebés.
Puesto que cada bebé es único y tiene sus propios gustos, lo más recomendable es que pruebes con diferentes tetinas y vayas cambiando el tamaño conforme tu bebé vaya creciendo.
Prueba diferentes tipos de materiales
Asimismo, las tetinas pueden estar fabricadas en dos tipos de materiales distintos, y aunque ambas opciones son igual de válidas, cada bebé tendrá sus propias preferencias.
- Silicona: es un material muy resistente y rígido. Aguanta bien las altas temperaturas y no absorbe olores ni sabores. Es menos flexible que el látex, por lo que se puede estropear si se corta.
- Látex: es un material 100% natural, blandito, más elástico que la silicona y de color ámbar. Es muy resistente, pero el principal inconveniente es que retiene los olores.
La mayoría de bebés menores de seis meses tiende a aceptar mejor el látex que la silicona, pero como es una cuestión de gustos, no dejes de ofrecer a tu peque ambos materiales.
Juega con tu bebé y el chupete
Otro consejo que les funciona a muchas madres para que sus bebés acepten el chupete es ofrecérselo como si fuera un juguete más. En torno a los cuatro meses, el bebé empieza a mostrarse interesado en agarrar con sus manos cualquier cosa que le pongamos delante.
Así, si situamos el chupete delante de su vista y le incitamos a que lo agarre moviéndolo de un lado a otro, es probable que eche las manitas, se lo lleve a la boca para explorarlo... ¡y quizá le guste y se lo quede!
No cubrir el chupete con ninguna sustancia
Aunque hace años muchas madres endulzaban el chupete con azúcar, miel o incluso leche condensada para calmar el llanto de sus bebés, esta práctica está totalmente desaconsejada.
Y es que no solo estamos propiciando la aparición de las llamadas 'caries de biberón', sino que estamos ofreciendo al bebé alimentos o sustancias peligrosas para su salud.