Son gestos muy habituales que solemos hacer los padres en nuestro día a día. Probamos la comida de la cuchara que daremos al bebé para saber si quema o está bien de sabor, chupamos el chupete que se le ha caído al suelo antes de volver a ofrecérselo...
Es casi instintivo, pero no deberíamos hacerlo puesto que podemos transmitir al bebé los gérmenes de nuestra boca, pudiendo provocarles caries o contagiarles alguna enfermedad mucho más grave.
Evita el contagio de caries y enfermedades
Las caries, así como las infecciones por virus o bacterias, pueden contagiarse de adultos a niños a través de los gérmenes que se transmiten con facilidad a través de la saliva. De ahí que los expertos recomienden no limpiar con nuestra saliva sus chupetes, tetinas, cucharas..., no compartir cubiertos, no morder su comida, ni besarles en la boca.
La caries del biberón o caries de la infancia es un problema bucal frecuente en bebés y niños pequeños, que puede aparecer desde que sale el primer diente, pero puede no llegar a percibirse hasta que el bebé cumple un año. No es cierto que por tratarse de dientes de leche tenga menos importancia.
Debemos procurar evitar cualquier factor de riesgo que pueda causar caries en el bebé, ya que reduce el riesgo de desarrollarlas también en el futuro. Y por supuesto, evitar también cualquier riesgo de contagio de enfermedades que podemos desconocer.
¿Qué podemos hacer entonces?
Lo hacemos casi sin pensarlo, pero podemos cambiar esto pequeños hábitos con sencillas alternativas como:
- Lleva siempre un chupete de repuesto por si el del bebé se cae al suelo y no tienes agua para limpiarlo.
- Prueba la temperatura y el sabor de la comida del bebé con una cuchara diferente a la que vas a ofrecerle al bebé.
Otros consejos para prevenir la caries en los niños
Si nos centramos en la caries, hay otras medidas que podemos tomar, además de las que mencionamos, para evitar el riesgo de que aparezcan caries.
- Lavar los dientes desde que sale el primero con una gasa o un cepillo pediátrico ultra suave.
- Evitar golosinas y otros alimentos azucarados.
- Evitar zumos envasados y refrescos azucarados.
- Cepillarse los dientes con frecuencia (idealmente, después de cada comida) y con una técnica adecuada.
- Evitar que el bebé se duerma con el biberón en la boca.
- Visitar al dentista a partir de que el bebé cumple un año.
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