Si el bebé rechaza la leche, es inútil que insistamos. Es mejor adaptarse a su rechazo y de alguna manera reemplazar la leche por otros alimentos ricos en calcio.
El queso, el yogur y los huevos son las principales fuentes de calcio, junto con la leche, claro. Las almendras, las alubias y la soja también lo contienen así como la carne y el pescado, aunque en menores cantidades.
Ofrécele como mínimo un yogur al día, por ejemplo en el desayuno y a la hora de la merienda. También puedes darle quesitos blandos muy ricos en calcio, les encantan y se los puedes dar para comer con la mano, como un snack. Hoy en día se consiguen en el mercado zumos de frutas con calcio añadido. La col rizada y el brócoli son verduras ricas en calcio, así que con un poco de imaginación las puedes incluir en la dieta del niño.
Hay también bollos o chocolates especiales para niños ricos en calcio. Sin abusar, pueden ser una sabrosa opción.
Puedes intentar incluir estos alimentos hasta que el bebé vuelva a aceptar la leche. Si sigue rechazándola, consulta con el médico para saber qué debes hacer.
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