Durante el embarazo debemos hacer ciertos cambios y ajustes en nuestra rutina y estilo de vida, ya que las necesidades de nuestro cuerpo cambian para adaptarse a la nueva vida en gestación.
También debemos modificar nuestra dieta para cumplir con los requerimientos de esta nueva etapa, así como evitar alimentos susceptibles de contener microorganismos que puedan atravesar la barrera placentaria y afectar al bebé.
Uno de estos alimentos prohibidos son los quesos, aunque no todos. Te explicamos qué quesos puedes comer y cuáles debes evitar si estás embarazada.
Quesos prohibidos durante el embarazo
Este tipo de quesos, al ser menos ácidos y contener más humedad, tienen mayor riesgo de crecimiento de bacterias como la listeria, a la que las embarazadas son especialmente susceptibles.
La listeria monocytogenes es una bacteria que se distribuye ampliamente por la naturaleza (tierra y agua) y que puede contaminar distintos alimentos de origen vegetal y animal, como los lácteos sin pasteurizar.
Así, entre los quesos elaborados con leche no pasteurizada o leche cruda -y que por tanto, se deben evitar - se encontrarían los siguientes:
- Queso Comté: es un tipo de queso francés elaborado con leche cruda de vaca, muy popular en toda Europa.
- Quesos de pasta y corteza blanda como el Brie, el Camembert o el Chaumes, todos ellos de origen francés cuya preparación tradicional es a base de leche cruda de vaca.
- Queso Feta: se trata de un queso de origen griego elaborado tradicionalmente a base de leche de vaca o de cabra sin pasteurizar. Es de textura blanda, sin corteza y se desmigaja fácilmente.
- Quesos azules como el Roquefort, el Gongonzola o el queso Stilton azul. Estos tipo de quesos están elaborados con leche cruda de vaca, oveja o cabra a los que en su proceso final se les añade cultivos de Penicillium, lo que les proporcionan su característico color azul grisáceo y su intenso olor.
- Queso de Cabrales: es un tipo de queso de origen asturiano e intenso sabor, que se elabora con leche cruda de vaca o con mezcla de leche de vaca, oveja y cabra.
- Queso Lancashire: es un tipo de queso de origen inglés elaborado con leche cruda de vaca, y caracterizado por su intenso olor y su salado sabor.
- Queso Tulum: se trata de un queso de origen turco elaborado con leche cruda de cabra o de oveja, caracterizado por su aspecto granuloso y húmedo.
- Aunque el queso fresco está elaborado con leche pasteurizada, los CDC aconsejan evitarlos durante el embarazo pues podrían haberse contaminado durante su producción.
Como ya hemos explicado en otros artículos, la listeriosis contraída durante el embarazo puede provocar una infección muy grave al bebé, ya que la bacteria atraviesa la barrera placentaria, pudiendo causar parto prematuro, aborto, parto de feto muerto, o niños a término con graves secuelas, sobre todo neurológicas.
Quesos que puedes comer durante el embarazo
Los quesos que sí son seguros de consumir en el embarazo son los quesos duros, como el Emmental (queso de origen suizo caracterizado por sus grandes agujeros), el Gruyere (un queso aromático de origen suizo y tonalidad amarillenta), el Gouda (de pasta muy dura y ligero color amarillento) o el queso Manchego con leche pasteurizada.
Otros quesos seguros son los semiblandos, tales como la mozzarella o la burrata (ambos elaborados con leche de vaca o búfala pasteurizada), el mascarpone, el queso de cabra con leche pasteurizada (caracterizado por su aspecto cremoso y su potente sabor), el Cheddar (de textura cremosa y característico color anaranjado), el Edam (con corteza fina de color rojo y suave olor a mantequilla), el queso tierno o el Provolone.
También el queso rebanado pasteurizado, así como los quesos untables (que se presentan en una tarrina e que incluso pueden estar mezclados con otros ingredientes como los frutos secos o las finas hierbas) se consideran seguros durante el embarazo.
En cuanto al queso Parmesano, un queso italiano de pasta dura y textura granulada, existe cierta controversia sobre su consumo durante el embarazo. Y es que a pesar de estar elaborado con leche cruda, se somete a un proceso de curación entre 12 meses y cuatro años, por lo que la presencia de bacterias sería muy remota.
La importancia del queso en la dieta de la embarazada
El queso, como derivado lácteo que es, supone una excelente fuente de calcio, mineral especialmente importante durante el embarazo ya que contribuye a aumentar la densidad ósea del bebé, así como a la formación de un corazón, sistemas de coagulación y músculos sanos.
Además, el queso también aporta otros nutrientes vitales para el bebé en gestación, como el fósforo y la vitamina D, imprescindibles para su correcto crecimiento y desarrollo del sistema nervioso.
Para ello se recomienda leer con atención el etiquetado del producto y evitar aquellos quesos en cuyo listado de ingredientes figuren las palabras "leche cruda" o "leche no pasteurizada". En caso de dudas es preferible no consumir el alimento, o bien dirigirte al teléfono de atención al cliente que figura en el envase.
No obstante, la variedad de quesos permitidos para consumir durante el embarazo es muy amplia, por lo que seguro que encuentras el tipo que más te gusta para disfrutar sin riesgo de este exquisito alimento.
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