Al igual que nos sucede a los adultos, en verano a los niños no les apetece comer en grandes cantidades. Sin duda, prefieren las comidas frescas y livianas.
No porque coman menos significa que estén mal alimentados. Con una dieta equilibrada y refrescante que contenga los nutrientes, proteínas y vitaminas necesarios basta para que tengan una alimentación balanceada.
Es normal que prefieran alimentos refrescantes como una ensalada a un guiso de lentejas y luego un filete. A cualquiera le sucedería lo mismo.
No te preocupes si no ingiere primer plato, segundo plato y postre. Se pueden suplantar comiendo más veces al día y por supuesto, bebiendo mucho líquido. Estas son algunas sugerencias de platos que preparo en casa que quizá te ayuden.
Las ensaladas de arroz y de pasta son ideales para esta época por su aporte de hidratos de carbono. Las puedes preparar con verduras, huevo duro, tomate, maíz y atún, e ir variando los ingredientes. Es un plato súper completo y fresco.
El verano también es una excelente oportunidad para que coman más piezas de fruta. A media mañana y a media tarde le puedes ofrecer alguna fruta de temporada, o bien entera, en trozos, en un batido o en una ensalada de frutas.
Los bocadillos o sandwiches con fiambre, tomate y lechuga también pueden ser una buena opción.
El gazpacho es un plato refrescante que incluye una buena cantidad de verduras y es una rica fuente de vitaminas y fibra.
Por su parte, los helados son un gran aporte de calcio y los niños estarán encantados con este postre.
Ya ves, con un poco de imaginación en verano puedes darle a tu hijo una sana alimentación aunque coma un poco menos.
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