El mindful eating es la llamada alimentación consciente, y va más allá de prestar atención plena a la experiencia de comer. También tiene que ver con disfrutar de la hora de las comidas en familia, crear conexión y ser agradecidos con este momento del día.
Os contamos con más detalle en qué consiste esta práctica que combina la alimentación con la atención plena y cómo es posible implementarla en la rutina familiar para que todos os beneficiéis de ella.
Mindful eating: en qué consiste la alimentación consciente
El "mindful eating", también llamada "alimentación consciente", es una práctica que se centra en prestar atención plena y consciente a la experiencia de comer. Esta filosofía se basa en la idea de que comer de forma consciente puede ayudar a mejorar la relación con la comida, fomentar una mayor apreciación de los alimentos y promover una alimentación más saludable.
En la sociedad actual, muchas personas tienden a comer de forma rápida y distraída, ya sea debido a la prisa, el estrés o simplemente por hábito. El mindful eating busca cambiar esta dinámica, alentando a las personas a estar presentes en el momento de la comida, a prestar atención a sus sensaciones físicas y emocionales, y a ser conscientes de sus elecciones alimentarias.
Esta práctica es muy positiva también para los niños, e implementarla en la rutina familiar puede ser beneficioso para todos. Os damos algunas ideas para hacerlo.
Cómo implementar esta práctica en la rutina familiar
Implementar el mindful eating en familia puede ser una experiencia enriquecedora que promueva una relación más saludable con la comida y fomente la conexión emocional entre los miembros de la familia. ¿Cómo podemos hacerlo?
1. Conversar sobre mindful eating
Reúne a tu familia y explícales qué es el mindful eating y por qué es importante ponerlo en práctica. Habla sobre los beneficios de estar presentes durante las comidas y cómo puede mejorar la relación con la comida y la salud en general. Anima a tus hijos a preguntar, a resolver sus dudas, a expresar su opinión...
2 Establecer horarios de comida regulares
La faceta social también es importante en el mindful eating, así que trata de crear horarios de comida regulares para que todos los miembros de la familia podáis comer juntos. Esto fomentará la conexión familiar y permitirá practicar el mindful eating en un entorno compartido.
3. Preparar comidas juntos
Involucra a todos los miembros de la familia en la preparación de las comidas; anima a tus hijos a participar en ellas, a que busquen en qué pueden ayudar o colaborar ellos. Esto no solo puede ser divertido, sino que también es una oportunidad de pasar tiempo de calidad en familia.
Además, preparando la comida juntos, los niños (y todos en general), podrán apreciar mejor los ingredientes y el esfuerzo que conlleva cocinar. Así, también es una forma de valorar las cosas y practicar el agradecimiento.
4. Evitar las distracciones durante las comidas
Durante las comidas, evitad las distracciones como la televisión, el teléfono móvil o las tabletas. Anima a todos a dejar de lado los dispositivos electrónicos y centrarse en la comida y la compañía de los demás. Esta es una forma de disfrutar de la comida sin distractores pero también, y sobre todo, de la compañía en familia.
5. Practicar la gratitud
La gratitud también forma parte del mindful eating. Así que, antes de empezar a comer, dedicad un momento a expresar gratitud por la comida que tenéis frente a vosotros y por el tiempo que podéis pasar comiendo juntos en familia. A veces normalizamos las cosas del día a día, como ésta, pero siguen siendo un regalo.
6. Comer lentamente y saboreando
Anima a toda la familia a comer lentamente y a disfrutar de cada bocado, saboreándolo de verdad. Podéis, incluso, comentar los sabores y texturas de los alimentos para estar más presentes durante la comida. El poder "parar" mientras comemos y poner atención a cada alimento y a cada sabor, hará de este momento del día un momento de calma y placer.
7. Escuchar las señales del cuerpo
El mindful eating también tiene que ver con escuchar el cuerpo. Por ello, enseña a los miembros de la familia a prestar atención a sus cuerpos y a reconocer las señales de hambre y saciedad.
Anímales a parar de comer cuando estén satisfechos y a evitar comer en exceso. Se trata de fortalecer esta relación con el cuerpo, escucharlo de verdad. Con el tiempo, todos lo podréis hacer de forma autónoma.
8. Un momento de conexión emocional
Como decíamos, el mindful eating también es positivo para potenciar el vínculo de los miembros de la familia. Por ello, durante las comidas, fomenta la comunicación y la conexión emocional entre vosotros. Podéis, por ejemplo, hablar de cómo os ha ido el día, compartir vuestras experiencias, hablar abiertamente sobre emociones...
9. Ni críticas, ni juicios
Finalmente, es importante que la hora de las comidas sea un espacio libre de críticas y juicios sobre los alimentos o las cantidades que se consumen. Además, esta es una forma de no contribuir a los trastornos de la conducta alimentaria, tan tristemente extendidos entre los más jóvenes. Por ello, fomenta una actitud positiva hacia la comida, pero también hacia el cuerpo.
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