Justo ayer hablaba de los bebés robados y de lo importante que es que el bebé esté siempre vigilado por la madre o el padre, o por algún familiar, precisamente porque las cosas no siempre se hacen de mala fe, sino que hay equivocaciones y accidentes que pueden hacer cambiar la vida al bebé y a sus padres.
Hace tres años conocimos el caso de dos familias que vivieron más de un año con el bebé equivocado. Ahora nos enteramos de que, durante nueve horas, una mujer se fue a su casa, saliendo del hospital, con el bebé de otra madre. Los auténticos padres denunciaron su desaparición y por ello se pudo solucionar todo.
Desaparición y Alerta Ámber
Sucedió en el Hospital General de Navojoa, en Sonora, México, donde los padres reales de la criatura se asustaron muchísimo al ver que su niña no estaba en su cuna. Se denunció el robo del bebé y se activó la llamada Alerta Ámber, mediante la cual la noticia de la desaparición se hace correr por todos los medios posibles (televisión, radio, SMS, internet, etc.) para que se entere cuanta más gente mejor, pues las primeras horas son vitales.
La policía inició la investigación siguiendo por tres caminos diferentes. El primero el de la abuela de la niña, que fue una de las últimas personas que la vio, el segundo el de la información que ofrecía la madre de la criatura y el último el relativo a los procedimientos administrativos del hospital y de la planta.
Tras nueve horas de investigaciones el personal médico constató que la niña había sido entregada por error a una familia que no era la suya.
Bebés solos en los "cuneros"
Al parecer una familia se iba de alta y a la hora de coger a su bebé el personal hospitalario cometió el grave error de entregar a la niña equivocada. En el incidente se dan varios factores que podrían haber evitado el susto a la madre. El primer factor es la separación entre las madres y sus bebés.
No sé cómo están las cosas en México, pero los "cuneros" o "nursery", esas salas en las que los bebés permanecen en sus cunas, todos juntos, separados de sus padres, hace años que desaparecieron en los hospitales de España, promoviendo el cuidado de la madre y el padre hacia el bebé las 24 horas del día desde que nace. Según comentan, la niña estaba en el cunero mientras su madre descansaba en la habitación.
Que no digo yo que no tenga derecho a hacerlo, pero si la niña estaba en la cuna tumbada, imagino que tranquila, también puede estar en la misma habitación que la madre, mientras sigue descansando. Y si llora o se pone nerviosa siempre puede cogerla un rato el padre, si sirve de algo.
Otro factor es el de la no identificación, o el no mirarla a la hora de entregar a la niña. Los bebés llevan pulseras identificativas y las llevan por algo. Basta con mirarlas para leer su nombre y comprobar si verdaderamente es la hija de esos señores que se van.
Luego está la falta de capacidad de esos padres para reconocer a su bebé. Puedo entender que se la dieran quizás envuelta en una mantita y ni se dieran cuenta de que no era su hija, pero oye, luego en casa en algún momento la coges para alimentarla, para cambiarle el pañal e incluso para cambiarle la ropa. ¿No se dieron cuenta en nueve horas de que esa niña no era la suya?
Una vez localizada, la niña fue entregada a su madre, sin ningún tipo de problema de salud. Ahora tanto el hospital como la Procuraduría General de Justicia del Estado van a investigar los hechos con el fin de dilucidar dónde se cometió el error, por qué y cómo evitarlo en entregas futuras.
Yo, por si alguien me lee, lo vuelto a repetir: la mejor manera de que esto no suceda es que madre y bebé no se separen nunca, para nada, ni siquiera para hacerle las pruebas. En caso de que sea necesario, el padre debe acompañar al bebé. Es un derecho de su hijo o hija y es una manera de que nadie dé el cambiazo de bebé, ni que sea por error.
Vía | La Crónica Foto | Mario Antonio Pena Zapatería en Flickr En Bebés y más | Después de 26 años se dan cuenta que fueron intercambiados al nacer