Pero lo realmente terminante en esta primera etapa es la voz de mamá. Las mamás solemos hablar mientras lo cambiamos, al levantarlo y alzarlo en brazos, mientras lo bañamos, al expresar felicidad ante uno de sus balbuceos. Lo importante es que el oído del bebé escucha continuamente esa voz, que es la que más conoce, la que lo tranquiliza, lo arrulla y le transmite amor. Todo esto las mamás lo hacemos de manera intuitiva; utilizamos palabras muy particulares, entre habladas y cantadas, y muchas veces hasta inventadas, y la mayoría de las veces no nos detenemos a pensar en la importancia que estos contactos sonoros tienen para nuestro hijo.
¡Cuánto más cuidado pondríamos las mamás en este mundo sonoro, si supiéramos que contribuye a desarrollar la musicalidad de nuestros hijos!
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