Música y niños: una terapia para casi todo

Música y niños: una terapia para casi todo
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La música tiene magia y no solo porque nos relaja, nos hace soñar, nos traslada a otras épocas, a otros lugares o nos impulsa a bailar... La música puede constituir una excelente terapia para los niños en múltiples ocasiones.

Ya os hemos hablado del efecto Mozart y sus efectos casi milagrosos en los bebés, efectos que han sido puestos en duda, sobre todo cuando el bebé aún no ha nacido, porque no le llegaría esta música mientras está en el vientre materno.

En realidad, este "efecto" tiene sus antecedentes en el método Tomatis, que sin pretensiones mágicas o milagrosas señala cómo la música estimula la inteligencia del bebé y del niño y ayuda en los problemas de aprendizaje, trastornos y deficiencias de los niños, algo que sí está ampliamente demostrado.

  • La música activa el cerebro, estimulando la actividad neuronal, se mejora la escucha y el aprendizaje del habla en los bebés, lo cual es necesario para retener la información que nos llega o, más adelante, para una correcta lectura... El método Tomates asegura que las frecuencias altas propias de la música clásica estimulan el cerebro permitiendo que pueda pensar y funcionar con vitalidad.

  • La música puede actuar minimizando problemas motores o ayudando al desarrollo motor, ya que mejora la coordinación, el equilibrio y la reacción ante los estímulos que llegan del exterior.

  • La músicoterapia para bebés prematuros podría, según algunos estudios, proporcionar beneficios significativos en las variables de frecuencia cardíaca, comportamiento, saturación de oxígeno, en la capacidad de succión/alimentación y en la duración de la estancia hospitalaria del recién nacido.

Musica
  • En la falta de atención y los trastornos del espectro autista, la música puede mejorar la capacidad de comunicación y de relación con el entorno. Gracias a la música se puede favorecer la creación de nuevas conexiones neuronales (también junto a juegos, a terapias con animales...) que ayuden al niño a relacionarse mejor con los demás.

  • En la hiperactividad infantil, hay terapias con música que ayudan a que las reacciones motoras del niño y su sistema nervioso se equilibren con la intensidad de los estímulos: a música más calmada y relajante, menos hiperactividad.

  • Pérdida de audición: los niños con pérdida auditiva son capaces de recibir la música, bien a través de su resto auditivo, de sus sentimientos, de las vibraciones... Para el método Tomatis, la música ejerce una especie de "masaje" capaz de favorecer la recuperación de zonas lesionadas del oído en pérdidas auditivas leves.

  • Comunicación y creatividad: para todos, todos los niños y no solo para los que tengan problemas, la música y una buena escucha van a influir en el deseo de comunicarse, de explorar, de crear... y aumenta la confianza y autoestima de las personas. Las artes en general están muy relacionadas con la creatividad, de modo que han de ocupar un lugar importante en nuestro día a día y en nuestro ocio en familia.

En definitiva, aunque con determinados problemas la música puede actuar como terapia infantil, cualquier ocasión es buena para escuchar música con nuestros hijos (o crear música), desde que son bebés: cantarles, tararearles, bailar y jugar con su música favorita, para relajarles, tocar instrumentos... Pongamos banda sonora a la vida con nuestros hijos.

Fotos | iStock
En Bebés y más | El efecto Mozart, música para bebés (I) y (II), Actividades con música para bebés

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