La epidural puede ser peligrosa para los bebés, según un estudio reciente

Pocas intervenciones médicas han supuesto tantos cambios a la hora de dar a luz como lo ha hecho la anestesia epidural, que durante mucho tiempo se llegó a bautizar como de "bendita epidural". Su misión es la de aplacar el dolor de las contracciones durante la dilatación y durante el expulsivo, para hacer del parto un momento más llevadero.

Su uso se ha extendido tanto que durante mucho tiempo prácticamente todas las mujeres hacían uso de ella, hasta ahora, en los últimos años, que con el cambio de los protocolos y el aumento de información disponible para las madres, muchas optan por tener un parto natural. Además, empiezan a aumentar los motivos por los que hay que valorar la decisión de ponerse o no la epidural, y es que un nuevo estudio explica por qué puede ser peligrosa para los bebés.

Datos del estudio

El estudio se ha llevado a cabo en la Universidad de Granada y para hacerlo analizaron una población de 2609 niños nacidos en el Hospital "San Juan de la Cruz" de Úbeda, en Jaen, entre los años 2010 y 2013.

Para evitar sesgos se desestimaron niños que hubieran nacido antes de la semana 37 de embarazo, niños nacidos después de un parto inducido, tras cesárea electiva o cuando el embarazo se consideraba de riesgo por hipertensión, diabetes, enfermedad grave, toxemia, crecimiento intrauterino retardado, en caso de embarazo cronológicamente prolongado, de ruptura de membranas prolongada (> 24 horas), oligoamnios o polihidramnios.

Los peligros de la epidural

Al comparar los niños que habían nacido fruto de un parto con epidural con los que habían nacido en parto sin epidural vieron que el test de Apgar al minuto y a los cinco minutos daba una puntuación ligeramente más baja (poca diferencia, pero estadísticamente significativa). Fue más frecuente la necesidad de reanimación en los primeros minutos de nacer y necesitaron más ingresos en la UCI neonatal los nacidos con epidural.

Además, el inicio de la lactancia temprana, tal y como se recomienda, fue más frecuente en el grupo de niños nacidos sin epidural. Esta diferencia en el inicio de la lactancia se mantenía también cuando se omitían los niños que habían requerido reanimación e ingreso en UCIN (pues esto lógicamente retrasa la primera toma).

El estudio se ha publicado en la revista Midwifery, y Concepción Ruiz Rodríguez, catedrática del Departamento de Enfermería de la Universidad de Granada y autora principal del estudio explica las conclusiones de este modo:

La anestesia epidural es una de las diferentes alternativas utilizadas para aliviar el dolor en el parto. Actualmente es la estrategia mejor valorada por su eficacia, por lo que su uso se ha extendido de forma importante en los países desarrollados [...] (pero) también se han descrito una serie de efectos adversos, tanto sobre la madre como sobre el niño. Los efectos adversos descritos sobre el niño son atribuidos al efecto farmacológico directo, debido a la transferencia placentaria del fármaco administrado por vía materna, o a un efecto indirecto secundario, como consecuencia de los cambios fisiológicos que el fármaco produce en la madre, como son los cambios hormonales.

Y es que la anestesia epidural parece afectar al estado de consciencia del bebé pero también puede afectar indirectamente a través de los cambios hormonales que se producen, además, por la oxitocina. No siempre se utiliza, pero como la epidural tiende a alargar los partos se le suele administrar a la mujer oxitocina sintética para que las contracciones sean más constantes y fuertes.

Esa oxitocina sintética llega también por vía placentaria al bebé, en mayor cantidad que la oxitocina natural que genera la mujer en el propio parto, y aunque en un principio se consideraba una actuación inocua hay estudios que relacionan esta práctica con un aumento del riesgo para el bebé de tener Trastorno del Espectro Autista.

Los investigadores del estudio concluyen que son necesarios más estudios para determinar hasta qué punto puede afectar la anestesia a los bebés y sugieren que, mientras tanto, esta información sea ofrecida a las madres para que, con todos los datos en la mano, escojan cómo prefieren parir:

Por ello, consideramos que es importante que tanto los profesionales sanitarios (obstetras y matronas) como las madres conozcan y tengan presentes dichos riesgos a la hora de tomar una decisión sobre su administración.

Pero, ¿cómo parir sin epidural?

Vale, dar a luz con epidural te quita el dolor pero puede ser peligroso para los bebés y la mujer, pero dar a luz sin epidural te deja en la situación contraria, se eliminan riesgos para ambos, pero entonces no hay control del dolor de manera externa, y así el parto duele (a menos que se utilicen otros métodos como el óxido nitroso, por ejemplo).

Duele, y duele aún más cuando no te permiten libertad de movimientos y no te dejan parir en vertical. Si te tumban, si te monitorizan, si no te dejan ponerte como necesitas en cada momento, si no te dejan a tu aire, entonces duele más. Si en cambio puedes dilatar en agua, en un ambiente relajado, si te dejan evadirte, dedicarte solo a ti y a tu parto, entonces duele menos y, como dijo en su momento La Madre Tigre, duele, sí, pero compensa.

Más información | Universidad de Granada
Fotos | iStock
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