La placentofagia, es decir comerse la placenta del bebé que acaba de nacer, es una práctica que realizan algunos padres para beneficiarse de los nutrientes que aporta, además del simbolismo que representa. Hay investigaciones que apuntan a que además minimiza los efectos de la depresión postparto.
Hay madres a quienes puede impresionarle comerse la placenta así tal cual, por eso para convertirla en cápsulas que pueden tomarse a diario existe un kit para encapsular la placenta en casa.
Aunque en la actualidad parezca una excéntrica costumbre, aprovechar los beneficios de la placenta, un órgano fundamental para la gestación del bebé, viene de tiempos ancestrales.
Al encapsularla, la mujer que acaba de dar a luz puede beneficiarse de las hormonas como los estrógenos y la progesterona que contiene, así como de sus vitaminas, como la K, que interviene en la contracción del músculo uterino y es un poderoso antihemorrágico.
Vía | La brújula verde
Más información | Placenta Benefits
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