Una de las grandes obsesiones que tenemos los padres de bebés recién nacidos es aliviarles los gases. Después de cada toma es conveniente ayudarlos a eructar para que eliminen el aire que han tragado al comer.
Tanto los bebés que toman pecho como los que toman biberón suelen tragar aire al succionar, siendo menos habitual en los niños que son amamantados. También tragan aire al llorar, así como al comer demasiado rápido o en una mala postura.
Al tragar la leche junto con el aire, el estómago queda distendido causando generalmente incomodidad en el bebé. Por eso, a algunos hay que ayudarles a eructar.
El eructo del bebé
Solemos obsesionarnos bastante con que expulsen los gases, pero debemos saber que no todos los bebés eructan siempre después de cada toma. A veces eructan enseguida, otros tardan más tiempo, mientras que otros no eructan por más que nos pasemos un buen rato dándoles palmaditas en la espalda.
Es decir, si el bebé se queda plácidamente dormido después de la toma es porque evidentemente no está molesto por los gases en su estómago y no necesita expulsarlos. Tal vez lo haga más tarde o simplemente no lo haga. No despertéis a vuestros bebés, no pasa nada por acostarlos sin eructar. Si lo necesitan lo harán más tarde, con o sin ayuda.
Tampoco es necesario que eructen haciendo ruido. Aunque el “burp” de nuestro bebé después de una toma suene como música para nuestros oídos, porque se supone que damos por finalizada la alimentación y se dormirá a gusto, no significa que deba eructar sonoramente. Puede expulsar el aire de forma más “discreta”, digamos, e igualmente quedarse tan a gusto.
El eructo se provoca gracias a una sencilla ley física. El colocar al bebé en una posición erecta, la leche, que es más pesada, se deposita en el fondo del estómago mientras que el aire, más liviano, se queda en la parte superior. La postura favorece que el aire se eleve sobre la leche y que al eructar el bebé expulse el aire que le sobra.
Algunas posturas recomendadas para que el bebé eructe
- 1) Tumbar al bebé boca abajo sobre el regazo y hacerle suaves masajes en la espalda. Es una postura muy reconfortante para los bebés pero favorece la mezcla de leche y aire haciendo que en ocasiones el aire salga indefectiblemente acompañado de leche.
- 2) Colocar al bebé en posición vertical sobre tu hombro y darle un suave masaje o pequeñas palmaditas. Es la más tradicional y la mejor posición para el eructo ya que además de facilitar la salida del aire el bebé se siente arropado, se tranquiliza. Podemos darle un paseíto y el pequeño puede observar el mundo desde los brazos de mamá (o papá). Seguramente se relajará y se quedará dormido.
- 3) Otra postura que facilita el eructo es colocarlo sentado sobre tu regazo, pero cuando ya sea capaz de sostener por sí mismo la cabeza. De la misma forma que las anteriores, dándole un masaje o unas palmaditas echará el aire. En los bebés pequeños (de menos de 3 meses) no se recomienda esta postura pues no se mantiene erecto y se le puede plegar fácilmente el estómago dificultando la salida del aire.
Eructar a la mitad de la toma
En ocasiones, el bebé se muestra inquieto al tomar el pecho o el biberón. Deja de chupar y suelta el pezón o la tetina. Ha tragado aire y su estómago se distiende antes de que haya podido tomar la leche suficiente para saciarse. En estos casos, lo recomendable es ayudarle a echar el aire a la mitad de la toma para que luego pueda seguir alimentándose tranquilamente.
Eructar al final de la toma
Al final de la toma, si el bebé lo necesita, es conveniente que eructe. Como decíamos antes, cada bebé es un mundo y no siempre ocurre lo mismo. A veces eructan en pocos minutos mientras que otras necesitan un buen rato de palmaditas y en ocasiones ni siquiera lo hacen.
También puede que a veces les baste con echar el aire una vez mientras que otras necesiten repetirlo dos o tres veces hasta quedarse a gusto. Pero vamos, que lo habitual si el bebé se muestra inquieto después de la toma es colocarlo en alguna de las tres posiciones que hemos descrito arriba para que eructe.
Puede que en ocasiones al expulsar el aire éste vaya acompañado de un poco de leche y el bebé regurgite. Para ello es recomendable colocar un paño, una toalla o un protector para evitar manchar la ropa.
Otras formas de echar los gases
El ejercicio de la bicicleta también es efectivo para eliminar los gases del bebé del estómago, pero esta vez “por abajo”. Tumbar al bebé boca arriba y doblar sus piernas juntas y alternando de forma que éstas hagan una presión suave sobre el vientre del bebé.
Los masajes en la tripita ayudan muchísimo. Aprovecha el cambio de pañal o después del baño para realizarle unos masajes de forma circular en el sentido de las agujas del reloj para estimular el movimiento intestinal y expulsar los gases.
Como ya hemos apuntado en las posturas recomendadas para sujetar al bebé recién nacido, el colocarlo boca abajo sobre tu antebrazo es además de una posición muy beneficiosa para el bebé pues les permite ejercitar la musculatura de la espalda, se recomienda para eliminar los gases gracias a la leve presión que hace el brazo sobre la tripa del bebé. Si damos un paseíto o lo acunamos con un suave vaivén, mejor que mejor.