¿Te han pasado la lista de las cosas que tienes que llevar al hospital y pone que has de llevar un gorrito para el bebé? ¿Tienes otros hijos y cuando nacieron llevaron gorro las primeras 24 horas porque decían que era para controlar la temperatura? Tranquila, a muchos nos pasó. De hecho, mis tres hijos, las primeras 24 horas, llevaron su gorrito por eso mismo, porque aseguraban que los bebés pierden el calor por la cabeza y por eso, durante el primer día, y para evitar la hipotermia, deben llevarlo.
Sin embargo, se hace más por creencia que porque exista evidencia de que hace algo. De hecho, una revisión de estudios hecha por la Cochrane en 2008, comparando las diferentes medidas a realizar para evitar la hipotermia en bebés prematuros demostró que poner un gorrito a un bebé para evitar que pierda el calor no sirve de nada y que, en cambio, hay otras medidas mucho más importantes en ese sentido, como el contacto piel con piel.
Datos del estudio
La revisión se realizó en el año 2008 y en ella trataron de comparar cuál era la mejor estrategia para evitar la hipotermia en los primeros 10 minutos de vida, que es cuando es más comprometedora (10 minutos, no 24 horas). Compararon tener una sala de partos a una temperatura de 25ºC, secar al bebé inmediatamente después del parto, envolverlo con mantas precalentadas, calentar previamente cualquier superficie de contacto y el uso de calentadores radiantes o incubadoras con otros métodos como el contacto piel con piel.
Uno de los estudios, de los seis que analizaron, comparaba tapar a los bebés con cubiertas plásticas con ponerles un gorrito en la cabeza. Las cubiertas resultaron útiles cuando los bebés habían nacido con menos de 28 semanas de gestación, pero no hacían nada si había nacido después. A la hora de evaluar el tema de los gorritos concluyeron que "los gorros tejidos no fueron efectivos para evitar la pérdida de calor".
El estudio que evaluó el contacto piel con piel demostró que en bebés de entre 1200 y 2200 gramos el riesgo de hipotermina era menor que si se ponía a los bebés en una incubadora. De igual modo, el uso de un colchón transmisor de calor también era mejor cuando los bebés pesaban menos de 1500 gramos. Los investigadores concluyeron que las mejores técnicas para los neonatos eran estas dos, el contacto piel con piel y el uso de los mencionados colchones.
Pero... ¡están tan guapos!
El estudio concluye que es suficiente con el contacto piel con piel, que es de hecho el método más barato, uno de los que mejor funciona, el más eficiente y, de paso, el que más ayuda a que el bebé haga una primera toma al pecho enseguida y por tanto el que más ayuda al establecimiento de la lactancia materna.
El uso del gorrito es, en consecuencia, innecesario. Habrá madres (o padres) que digan "pero... ¡están tan guapos!" y que decidirán ponerles el gorrito igualmente. Adelante, pues. Se ha hecho durante mucho tiempo sin necesidad y no pasará nada por seguir haciéndolo por estética. Sin embargo, sabiendo que no ayuda en nada, los padres pueden tener un beneficio que antes no tenían por prevalecer el tema de la temperatura: el olor de su bebé, su cabecita al alcance de la nariz y de los besos. Una barrera menos para el conocimiento y la mejor relación con el bebé que acaba de llegar.
Vía | Natural Motherhood
Foto | Thinkstock
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