No hay duda que la conexión entre las madres y sus bebés es una de las más especiales y poderosas que existen. Y es que se trata de un vínculo que comienza desde el embarazo, para posteriormente seguir compartiendo una serie de interacciones y conexiones únicas.
Un ejemplo de este poderoso vínculo es la calma que proporciona a los bebés el contacto con su madre, y un estudio reciente nos explica que esto se debe gracias a una sincronización entre ambos.
El estudio
Publicado en la revista Journal of Psychopathology and Clinical Science, el estudio se dio a la tarea de entender cómo envía la madre señales de calma a su bebé cuando está inquieto y ver cómo esto era diferente en aquellas que tenían depresión postparto, pues estudio previos han encontrado que padecer depresión afectaba el vínculo entre ellos durante el primer año de vida.
Para ello, se dividió a las madres participantes del estudio y sus bebés en dos grupos. En uno estaban las mamás y bebés saludables, y en otro estaban las madres que habían sido diagnósticadas con depresión postparto.
Posteriormente, se estudiaron tres fases de interacción entre ambos: primero jugando como normalmente lo hacían, después sin que las madres interactuaran ni hablaran con sus bebés mientras mantenían una expresión facial neutra, y finalmente reconectando nuevamente con su bebé (ahora intranquilo) como lo estaban haciendo en la primera etapa.
A lo largo de todo este proceso, se llevó un registro de la arritmia sinusal respiratoria de ambos, que es la variabilidad de la frecuencia cardíaca en sincronía con la respiración y funciona como un indicador del estado emocional.
Este análisis se realizó en dos etapas del estudio: la primera, para establecer una base y registro de ambos; y la segunda, tras intervenir a las madres que padecían depresión a través de terapia cognitiva conductual, para ver si se presentaba algún cambio en la interacción que tenían con sus hijos.
Tras analizar ambas etapas se encontró lo siguiente:
- En el caso de las madres que estaban saludables mentalmente, ellas guiaban los cambios en el ritmo cardiaco de sus bebés, ayudando a tranquilizarles.
- Por el contrario, en el grupo de las madres que padecían depresión postparto fueron los bebés quienes enviaban primero las señales del ritmo cardiaco a sus madres, por lo que resultaba más difícil ayudar a tranquilizarles.
- Tras la intervención psicológica, las señales de las madres del segundo grupo mejoraron y fueron entonces ellas quienes guiaron el ritmo cardiaco de sus bebés, tal y como lo habían hecho las madres que no padecían depresión.
Este intercambio de ritmo cardiaco entre mamás y bebés fue bautizado por los investigadores como una "danza relajante" que la madre la iniciaba, y a la cual el bebé respondía y los latidos de ambos terminaban sincronizándose.
"Este estudio demuestra empíricamente, por primera vez, que la fisiología sincronizada entre madres y bebés desempeña un papel en el alivio de los bebés angustiados, y que el tratamiento de la depresión postparto con terapia cognitiva conductual puede mejorar los patrones de sincronicidad y, por lo tanto, aumentar la capacidad de las madres para calmar a sus bebés angustiados", explica John Krzeczkowski, autor del estudio.
Si mamá está bien, su bebé también lo estará
Este no es el primer estudio en demostrar que realmente existe una conexión especial entre mamás y bebés, pues como hemos visto en investigaciones previas, sus cerebros también se sincronizan al hacer otras actividades, como jugar juntos.
Por otro lado, con este estudio se reafirma algo que desde hace tiempo viene comentando la ciencia: detectar y atender la depresión postparto no solo beneficia a las madres, sino también a sus bebés, e incluso puede producir cambios saludables en el cerebro de ellos.
Recordemos que cuando mamá está feliz, tiene un mejor vínculo con su bebé, por lo que procurar el bienestar de ambos siempre debe ser prioridad.
Foto de portada | Sarah Chai en Pexels