Cuatro de cada diez niños consideran que los adultos no les escuchan lo suficiente. Así es como puedes cambiarlo

Cuatro de cada diez niños consideran que los adultos no les escuchan lo suficiente. Así es como puedes cambiarlo
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De acuerdo con la Encuesta del Bienestar Subjetivo de la Infancia (l’Enquesta de Benestar Subjectiu de la Infància a Barcelona) realizada hace tiempo por el Instituto Infancia y Adolescencia de Barcelona, cuatro de cada diez niños de entre ocho y doce años consideran que los adultos no les escuchamos lo suficiente.

Sucede que, a pesar de que nosotros sepamos que estamos para ellos, a veces las prisas del día a día y las múltiples responsabilidades pueden impedir que les brindemos el espacio que ellos necesitan y, en consecuencia, terminen sintiéndose ignorados o poco escuchados, incluso si esta no es nuestra intención.

El problema, es que ese sentimiento de no ser escuchados puede impactar el bienestar emocional de los niños, haciendo que se sientan solos, inseguros o que experimenten frustración. Afortunadamente, esto es algo que podemos cambiar.

Haz contacto visual

Nuestros hijos necesitan saber que estamos ahí para escucharles y una manera clara de hacerlo es mostrando interés. Desafortunadamente, un problema de la vida moderna es que tenemos distracciones por todos lados, desde el móvil hasta el televisor.

Y los niños notan cuando realmente les prestamos atención y cuando solo asentimos en automático (y a veces sin escuchar lo que están diciendo). Así que una de las primeras recomendaciones es que pongamos nuestra atención únicamente en ellos cuando estén hablando, dejando el móvil de lado y mirándoles fijamente a los ojos.

Practica la escucha activa

El método de escucha activa es una técnica de comunicación que prepara al receptor a escuchar, a concentrarse en la persona que habla y a proporcionar respuestas. En el caso de padres e hijos, esto incluye principalmente el ponernos a su altura.

Es gesto es muy sencillo pero los beneficios emocionales para los niños son enormes, ya que es una forma de de demostrarles que no solo nos abrimos a la comunicación, sino que también nos ponemos a su mismo nivel para ayudarles, demostrándole de forma activa que estamos centrados en lo que nos quiere expresar.

Evita interrumpir y corregir

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Foto | August De Richelieu en Pexels

Como padres nos toca educar a nuestros hijos, por lo que es normal que sintamos el impulso de interrumpirles y corregir, especialmente si deducimos que es algo que se puede solucionar o arreglar.

Pero es importante que, aunque sepamos lo que necesitan, les permitamos terminar de expresar lo que quieren decir, para que se sientan verdaderamente escuchados por nosotros. Y desde luego, preguntar antes de aconsejar, porque a veces los niños solo quieren que alguien les escuche.

Valida su perspectiva y opiniones

Comparados con las preocupaciones o necesidades de la vida adulta, quizás las cosas que preocupan o inquietan a nuestros hijos nos pueden parecer triviales o muy pequeñas. Pero debemos recordar que, desde su perspectiva, esas cosas son realmente importantes para ellos.

Ver que les escuchamos y que intentamos entender su punto de vista y sus opiniones, incluso si son distintas a la nuestra, es una manera de validarles a ellos y a sus emociones.

Inclúyelos en la toma de decisiones

Otra forma de hacer que los niños se sientan escuchados es pidiendo su opinión a la hora de tomar decisiones. Naturalmente, no vamos a tomar decisiones grandes o importantes (como mudarnos o cambiar de trabajo) basándonos únicamente en lo que ellos piensen, pero sí podemos pedir su opinión y tomarla en cuenta para diversas cosas, como a la hora de planificar el fin de semana o las próximas vacaciones, las comidas de la semana, los planes en familia, etcétera.

Cuida tu lenguaje corporal

Finalmente, recordemos que la comunicación no solo es verbal: las expresiones, gestos y ademanes que hagamos también pueden influir en que nuestros hijos se sientan escuchados o no.

Evita hacer gestos que puedan percibir como negativos o como que no nos importa lo que nos estan diciendo (como hacer una mueca, voltear hacia otro lado o arquear las cejas), y trabaja en mostrar gestos positivos mientras les escuchas y que le demuestren que estás poniendo toda tu atención en ellos, como sonreír o asentir con la cabeza.

Foto de portada | cottonbro studio en Pexels

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