La silla del coche es un accesorio de seguridad esencial para los traslados en familia cuando tenemos hijos pequeños, ya esta es la que se encarga de proteger a los niños en caso de accidente.
Sin embargo, aunque nosotros entendamos que usarla es algo necesario, para los niños esto puede ser algo difícil de comprender, haciendo que usar la silla para el coche se vuelva una odisea cuando se resisten a sentarse en ella.
En este sentido, el pediatra Carlos González señala que hay un error que solemos cometer los padres y hace aún más complicado este momento, compartiendo un consejo para evitarlo.
Ha sido en un episodio reciente de su podcast 'Criando sin miedo', donde el especialista habló sobre esos momentos en los que los niños se rehúsan a sentarse en su silla:
"Los bebés más pequeñitos a veces se dejan poner en la sillita porque se dejan poner en cualquier sitio. Los niños mayores se dejan poner en la sillita porque lo entienden y no tienen ningún problema, pero los de dos, tres o cuatro años a veces se resisten con uñas y dientes", comparte Carlos González.
Si tienes hijos entre esas edades seguro en alguna ocasión te habrás identificado con lo que ha dicho. Pero, ¿qué podemos hacer al respecto?
Reduce la espera
El pediatra comparte que, en su experiencia como padre, ha llegado a la conclusión de que en ciertas ocasiones simplemente tenemos que renunciar al uso del automóvil. Pero desde luego, esto no siempre es posible, pues no todas las distancias son cortas como para ir caminando o cargando a un niño pequeño.
"Si realmente hay que ir en coche, pues se ata al niño a la sillita y se va, y lo más rápido posible, porque no vas a convencer a un niño de dos años", explica.
"Un error común en los padres novatos es atar primero al niño a la silla y luego ponerse a meter los bultos en el maletero. No, el niño lo tienes en brazos hasta el último segundo y solo cuando papá está ya al volante, el motor encendido y las ruedas ya inclinadas para salir del aparcamiento, atas al niño y sales lo más rápidamente posible."
Lo que cuenta es algo que tiene mucho sentido: si el niño nos tiene que esperar sentado y atado a su silla, mientras nosotros subimos las cosas al coche o hacemos otras cosas antes de irnos, es altamente probable que se impaciente y tenga aún menos ganas de estar en la silla.
Así, siempre que hacer esto sea posible, habremos de intentar seguir el consejo del experto, de manera que ayudemos a nuestros hijos a no desesperarse tanto al tener que permanecer en su silla.
Cómo ayudarle a tu hijo a viajar más tranquilo
Además del consejo de Carlos González, que aunque sea un buen consejo, lo cierto es que no siempre es posible seguirlo (por ejemplo, si viajamos solos con el niño, si tenemos más de un hijo, etcétera), es primordial asegurarnos que el niño vaya cómodo. Sabemos que quizás esto puede ser muy obvio, pero a veces más que no querer estar en la silla, los niños se quejan de ella porque hay algo que les molesta.
Otra recomendación esencial es dejar que se familiaricen con la silla, de manera que sientan y sepan que es su sitio especial. Quizás una buena idea es sacarla del coche y permitir que juegue con ella dentro de casa, siempre bajo supervisión.
Un motivo por el que quizás a tu hijo no le gusta ir en la silla es porque no puede verte, especialmente si aún está en una edad en la que es recomendable llevarle a contramarcha. Para ello, comprar un espejo retrovisor en el que pueda verte será la solución.
Finalmente, no olvidemos que siempre podemos recurrir a algunas distracciones o entretenimiento. Si a tu hijo no le gusta estar en la silla, busca maneras de mantenerlo entretenido, como su muñeco favorito (que además puede tranquilizarle) o algunos juguetes especiales para los viajes en coche, que le hagan sentir emocionado por ir en su silla y poder jugar con ellos.
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