Si has optado por alimentar a tu bebé mediante lactancia materna es probable que te surjan dudas al respecto, especialmente al inicio. Una de las más habituales es preguntarse si debemos despertar al bebé para comer, especialmente cuando nuestro recién nacido enlaza varias horas de sueño seguidas.
En principio, si la alimentación es a demanda no debería haber ningún problema, pues cuando el bebé tenga hambre así nos lo hará saber. Pero hay ciertos casos en donde debemos estar especialmente atentos. Te contamos cuándo y por qué hay que despertar al bebé recién nacido para que coma.
La importancia de la lactancia a demanda
En cuanto nace, el bebé pasa una o dos horas muy despierto y activo, en las que es fundamental favorecer el contacto precoz piel con piel con la madre para que se produzca la primera toma.
A partir de este momento, el recién nacido cae en una fase de sueño llamada "letargo fisiológico de recuperación del parto", que puede durar entre ocho y 12 horas. Desde el Comité Asesor de Lactancia de la AEP aconsejan no forzar al bebé a comer durante esta fase, pero sí continuar manteniendo el contacto piel con piel para que tenga acceso a la leche materna cuando lo necesite.
Durante los primeros días, lo normal es que el bebé duerma la mayor parte del tiempo, sin diferenciar el día de la noche. Suelen hacerlo entre 18 y 20 horas y ese período de va acortando a medida que el bebé crece.
Pero el bebé también necesita comer con frecuencia (entre ocho y 12 veces al día) para evitar una deshidratación y una hipoglucemia (aporte insuficiente de glucosa), por lo que es fundamental que la madre tenga claro el concepto de "lactancia a demanda" tanto de día como de noche, y facilite el acceso al pecho a su bebé siempre que lo desee.
Casos excepcionales que debemos vigilar
Pero también puede ocurrir que durante los primeros días el bebé se muestre especialmente dormilón y tenga poco interés en mamar. Esta situación suele darse sobre todo en los siguientes casos:
- Bebés prematuros
- Bebés con bajo peso al nacer
- Bebés con alguna enfermedad
- Los llamados bebés "bellos durmientes", que son bebés sanos y nacidos a término que durante sus 15-17 primeros días no se despiertan para mamar
También es importante prestar atención a la frecuencia de demanda de los bebés de madres diabéticas insulinodependientes y a los bebés macrosómicos, pues si no maman la cantidad suficiente podrían sufrir una hipoglucemia.
Igualmente, desde la web de ayuda a la lactancia LactApp, señalan otros factores de riesgo que deben ponernos en alerta y consultar de inmediato con el pediatra:
- El bebé sale del hospital con una pérdida de más del diez por ciento de su peso
- Al cabo de cinco días no ha empezado a ganar peso o continua perdiendo
- Tiene más de cuatro días y no hace caca
- Al cabo de 15 días no ha recuperado el peso del nacimiento
- Vomita todo lo que come
- Hay dificultades con la lactancia y el bebé llora y no se agarra al pecho
¿Qué hacer en estas situaciones?
En todos estos casos, hasta que la lactancia esté bien instaurada es fundamental estar muy pendientes de la demanda del bebé para evitar problemas. Además, el pediatra también nos dará indicaciones precisas para proceder en cada una de las situaciones descritas.
En los casos de bebés con bajo peso al nacer, poca ganancia ponderal o a los que les está costando recuperar el peso del nacimiento, es fundamental que coman más a menudo y ponérselo fácil mediante el contacto piel con piel para que tengan la posibilidad de mamar cuando deseen.
A medida que vayan ganando peso, se irán encontrando más fuertes y serán capaces de despertarse por sí mismos y mostrar señales de hambre.
Cuando hablamos de bebés sanos que continúan muy adormilados tras el nacimiento, también es muy importante el contacto piel con piel para que mamen de forma espontánea respondiendo al olor de la madre. Pero en ocasiones, este contacto puede no ser suficiente para estimular al bebé, requiriéndose un poquito de ayuda por nuestra parte para despertarle con delicadeza. Por ejemplo, puede funcionar cambiarles el pañal, desnudarles y volver a vestirles, darles un masaje circular en la planta de los pies...
En estos casos, desde LactApp recomiendan establecer una demanda de alimentación cada dos horas de día y cada tres horas de noche.
En los casos de bebés con poco peso, dificultades en la succión o que se cansan al mamar, en LactApp recomiendan practicarse compresiones mamarias cuando el bebé esté al pecho, para que la toma sea lo más productiva posible en el menor tiempo.
Además, en cualquiera de estos casos también podría ser necesario extraerse leche y sumplementar al bebé, sobre todo si no termina de engancharse al pecho, le cuesta despertar o parece no tener fuerzas para succionar. La técnica del dedo-jeringa suele ser la más efectiva.
En resumen: en caso de bebés sanos, que crecen correctamente y han recuperado el peso del nacimiento, no es necesario despertarles para ofrecer el pecho cuando la lactancia está instaurada y se ofrece a demanda. Sin embargo, en las situaciones mencionadas es importante prestar una especial atención y vigilancia, al menos hasta que el pediatra considere o la lactancia se haya regulado.
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