Aunque parece que eso de llevarte al bebé equivocado no puede pasar en la actualidad, sigue sucediendo. Se supone que no debería pasar porque ahora en los hospitales los bebés ya no están en salas comunes desde las que se distribuyen a sus padres, y porque además llevan una pulsera identificativa, pero sigue sucediendo porque en caso de separación, quien te trae el bebé es una persona humana (y los humanos no somos infalibles).
Si hace unos años unos padres se dieron cuenta de que el bebé que tenían en brazos no era el suyo, porque tenía pene y ellos habían tenido una niña, en un hospital de Minneapolis, en Estados Unidos, sucedió algo similar cuando entregaron un bebé a la madre que no era.
La mujer llegó a darle el pecho
Sucedió en el año 2012, cuando Tammy Van Dyke llevaba dos días con su bebé en el Abbott Northwestern Hospital después de parir. En algún momento, madre y bebé fueron separados, probablemente para un control de rutina, y alguien se confundió al entregar al recién nacido a otra mujer que acababa de tener gemelos, a pesar de que el bebé estaba bien identificado por su pulsera.
Al recibir al bebé, su "nueva madre" lo cuidó como si fuera su hijo, y lo amamantó pensando que era la primera vez que ese bebé tomaba pecho. Poco podía imaginar que ya llevaba dos días siendo cuidado por su auténtica madre y aún menos que ese ni siquiera fuera su hijo.
A raíz de la confusión, tanto la mujer como el pequeño tuvieron que someterse a pruebas médicas para confirmar que los dos tenían buena salud y que no podrían haberse contagiado el uno al otro de ninguna enfermedad seria (les hicieron incluso análisis de hepatitis y VIH). Al pequeño Cody, de hecho, le tuvieron que hacer más pruebas cada tres meses, hasta que cumplió el año de vida.
Ahora la madre denuncia al hospital
La noticia se conoce ahora porque la madre presentó una denuncia hace unos días, según leemos en The Mirror, pidiendo una indemnización de 50 mil dólares por negligencia, por el daño emocional que ella sufrió al ver que una completa desconocida había amamantado a su pequeño y por todas las pruebas que se le tuvo que hacer (y la incertidumbre asociada), durante un año, para confirmar que seguía con buen estado de salud.
¿Y por qué no evitan la separación?
Para evitar nuevos episodios similares, en el hospital decidieron cambiar las pulseras identificativas por unas bandas de alta tecnología que enlazan al bebé con su madre, de manera que al juntarse ambos, las bandas confirman que ese bebé es de esa madre.
Realmente es de agradecer que se aseguren del mejor modo posible y con la mejor tecnología para tener claro que, al devolver el bebé a su madre, no hay error. Pero a mí se me ocurre un método mucho más económico, práctico y efectivo: no separar al bebé y a la madre si no hay una causa de fuerza mayor. Vamos, si corren algún riesgo y debe darse atención más o menos urgente a uno de los dos.
Y si la madre no puede por alguna razón (está en cama y recuperándose de una cesárea, por ejemplo), que vaya su pareja. No olvidemos que el estar acompañado en las pruebas y visitas es un derecho de los niños hospitalizados (y un seguro para situaciones como estas).
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