Alexander y Daphna Cardinale, un matrimonio de Los Ángeles, "ha vivido una auténtica pesadilla", como ellos mismos afirman, después de descubrir que una clínica de fertilidad implantó a Daphna el embrión de otra pareja.
Cuando su bebé nació, inmediatamente sospecharon que algo ocurría, pues sus rasgos no se asemejaban en absoluto a los de la familia. Tras confirmar sus sospechas con una prueba genética, los Cardinale y la otra pareja decidieron intercambiar a sus bebés.
Este terrible error les ha afectado mucho psicológicamente, y ahora han demandado a la clínica de fertilidad por los daños causados.
Las sospechas comenzaron tras el nacimiento del bebé
Los Cardinale soñaban con tener dos hijos, y llevaban mucho tiempo intentando de manera natural dar un hermanito a su hija de cinco años. Pero no lo lograron, así que finalmente decidieron recurrir a una clínica de reproducción asistida en Los Ángeles.
La pareja se sometió a una fecundación in vitro utilizando esperma y óvulos propios, y al segundo intento Daphna quedó embarazada del embrión que le habían implantado.
En septiembre de 2019 la mujer dio a luz a su bebé, pero en cuanto Alexander vio a su hija sospechó que algo no estaba bien. La bebé tenía el cabello y la piel muy oscuros, y no se parecía en nada a ellos ni a su hermanita. La situación fue tan desconcertante, que según afirma la demanda, "Alexander se alejó varios pasos de la mesa de partos, apoyándose contra la pared".
Para Daphna, en cambio, no supuso tal impacto ver a su bebé por primera vez, pues si bien afirma que le llamó mucho la atención que fuera tan diferente a ellos físicamente, sentía un vínculo especial tras haberla llevado en su vientre y dado a luz.
Con el paso de los días los temores de Alexander no hicieron más que crecer, infundados también por los comentarios de familiares y amigos acerca de la apariencia física del bebé.
Por ello, dos meses después del nacimiento decidieron solicitar una prueba de ADN que confirmó las sospechas: la niña que Daphna había gestado y dado a luz no tenía carga genética de ninguno de los dos; es decir, le habían implantado el bebé de otra pareja.
"Los resultados de esa prueba fueron impactantes. Sentí que la habitación se encogía y me mareé. Me quedé en ese estado durante mucho tiempo" - afirman en un vídeo de Youtube difundido por su abogado.
Según afirma el matrimonio en dicho vídeo, ambos tenían la esperanza de que al menos uno de los dos fuera el padre biológico de la niña, pero al descubrir que no era así comenzaron a plantearse qué hacer.
Su hija biológica estaba siendo criada por otra pareja
La única preocupación de la pareja era saber el destino que había tenido su embrión, por lo que con ayuda de un abogado decidieron investigar lo que había ocurrido.
Enseguida descubrieron que debido a un error de la clínica de fertilidad, su embrión le había sido implantado a otra mujer, quien había dado a luz a otra niña con una semana de diferencia respecto a Daphna.
Tres meses después del nacimiento de sus hijas, ambas parejas comenzaron a mantener contacto telefónico y a mandarse fotografías de sus bebés; algo que Daphna describe como "desgarrador".
Tras estos primeros contactos, las parejas pasaron a reunirse físicamente y al cabo de unas semanas tomaron la dura decisión de intercambiar legalmente a sus hijas, de manera que las bebés pudieran criarse con sus respectivos padres biológicos.
"La primera vez que conocí a Zoe, mi hija biológica, ella tenía casi cuatro meses. Eran tan grande que lo único que podía pensar era en que había perdido un año de su vida. Me había perdido su embarazo, traerla al mundo, su fase de recién nacido y sus primeros meses de vida" - se lamenta Daphna.
El intercambio tuvo lugar en enero de 2020, cuando las niñas tenían cuatro meses.
Para su marido Alexander, músico de profesión, también ha sido una etapa muy dura. De hecho, el cantante se sinceraba recientemente en sus redes sociales explicando por qué había permanecido tanto tiempo ausente.
Pero lo más difícil para los Cardinale ha sido explicar la situación a su hija mayor, Olivia. Y es que la niña, de tan solo cinco años, estaba profundamente unida a su hermana no biológica, a quien amó desde el primer momento, según afirman sus padres.
"El mayor trauma para mí es haber tenido que explicar a una niña de cinco años que el bebé a quien ama no es su hermana"
Durante los meses que siguieron al intercambio, ambas familias tuvieron que resolver "dinámicas familiares complicadas", según palabras del abogado. A los Cardinale, la situación les ha provocado síntomas de ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático, al igual que a la otra pareja, que han decido mantener el anonimato.
A pesar de todo, las dos familias han optado por mantener el contacto, y aunque es difícil, intentan verse con frecuencia e incluso han celebrado juntos los cumpleaños de sus hijos.
Ahora, los Cardinale han demandado al Centro de Salud Reproductiva de California (CCRH), así como a In VitroTech Labs, un laboratorio de embriología, por el error cometido: "El horror de esta situación no puede subestimarse", aseveran en su demanda.
Lamentablemente, no es la primera vez que sucede un error tan grave en un proceso de reproducción in vitro, y resulta inimaginable pensar en el dolor que debe suponer para unos padres pasar por una situación así.
Fotos | iStock
Vía BBC, Español News, USA Today, Youtube
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