Esta es la edad en la que los niños dejan de creer en Papá Noel y los Reyes Magos, según estudios científicos

Esta es la edad en la que los niños dejan de creer en Papá Noel y los Reyes Magos, según estudios científicos
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Ya está entre nosotros la magia de la Navidad: luces parpadeantes, villancicos y la ilusión de un anciano bonachón que reparte regalos por todo el mundo. Pero, ¿qué pasa cuando la magia empieza a desvanecerse?

Según diversos estudios científicos, la mayoría de los niños descubren la verdad sobre Papá Noel y los Reyes Magos a edades muy concretas. Sin embargo, este "despertar" no es igual para todos, y sus implicaciones van más allá de la pérdida de una tradición festiva.

Esta es la edad a la que lo descubren: cómo y por qué

En un estudio de 1994 se entrevistó a niños que habían dejado de creer en Papá Noel, hallando que el descubrimiento ocurría en promedio a los siete años. Otro estudio más reciente, de 2024, en el que se entrevistaron a 48 niños entre seis y quince años, situó esa media de edad en los ocho años.

De este último estudio, casi la mitad de los niños manifestaron emociones como la tristeza o el enfado. Un número similar dijo que estaban felices. Esta edad, los ocho años, coincide con un hito cognitivo importante: el desarrollo del pensamiento crítico (y es en torno a los 12 años cuando ya pueden distinguir la fantasía de la realidad como lo haría un adulto, según las investigaciones).

Y es que, a medida que los niños empiezan a cuestionar la lógica detrás de las historias -¿cómo puede un solo hombre visitar millones de casas en una noche?-, el mito empieza a tambalearse.

Pero, ¿cómo se enteran? Aunque para algunos este descubrimiento llega de forma natural, otros lo enfrentan tras enterarse por amigos, hermanos mayores o incluso por accidente, al encontrar regalos escondidos.

Reacciones emocionales: del desencanto a la curiosidad

Las reacciones al enterarse de la verdad varían enormemente. Cerca de la mitad de los niños se sienten tristes, decepcionados o incluso traicionados, según los estudios. Sin embargo, un número similar experimenta emociones positivas, como alivio -¡los regalos no dependen de portarse bien!- o satisfacción al confirmar sus sospechas.

Un ejemplo imaginario: Carla, de ocho años, descubrió que los Reyes Magos no existían cuando vio a su madre envolviendo regalos. Aunque al principio se sintió confundida, pronto sintió orgullo por haber deducido la verdad por sí misma. Este tipo de transición puede reforzar su sentido de autonomía y su capacidad de razonar.

¿Mentir o no mentir? El dilema ético

Contar a los niños historias como las de Papá Noel plantea preguntas interesantes sobre la ética en la crianza. Algunos padres se preocupan por si esta "mentira blanca" puede erosionar la confianza de los hijos en ellos.

Según la psicóloga e investigadora Gail Heyman, muchas familias usan mentiras para controlar el comportamiento de los niños, una práctica conocida como "crianza mintiendo". Su trabajo muestra lo común que es.

En uno de sus estudios, encontró que cuatro de cada cinco padres admitieron haber mentido para influir en el comportamiento o las emociones de sus hijos.

Pero qué ocurre, que aunque esta postura puede ser 'eficaz' a corto plazo, también puede generar consecuencias negativas a largo plazo en las relaciones entre padres e hijos (de hecho, lo que importa no es tanto 'contarlo o no', sino cómo lo hacemos, en qué contexto, nuestras habilidades, relación con nuestros hijos, etc.).

Aun así, otros argumentan que estas historias forman parte de la magia de la infancia y que no necesariamente causan daño (más bien todo lo contrario: alimentan una ilusión que jamás se repetirá). Y que, en realidad, no es 'una mentira propiamente dicha'. Sea cómo sea, lo importante, y cómo adelantábamos, es cómo y cuándo se comunica la verdad.

Cómo gestionar el momento de la 'verdad'

Si sospechas que tu hijo está empezando a cuestionar la existencia de Papá Noel o los Reyes Magos, es clave abordar el tema con sensibilidad. Aquí tienes algunas estrategias:

  1. Escucha primero: Pregunta qué piensa y siente sobre el tema, y sobre todo, explora hasta dónde quiere saber. Si muestra dudas, aprovecha para iniciar una conversación honesta y ves 'tanteando' en qué punto está.
  2. Adapta la verdad a su edad: Usa un lenguaje adecuado para su nivel de comprensión. Por ejemplo, podrías decir: "Papá Noel es una tradición que representa el espíritu de dar y compartir en Navidad."
  3. Enfócate en lo positivo: Hazle saber que, aunque Papá Noel no sea real, la magia de la Navidad sigue viva en los momentos especiales que compartís como familia.

Otro ejemplo podría ser el de Marta, madre de dos niños. Cuando su hija mayor le preguntó directamente si los Reyes Magos eran reales, Marta le explicó que la historia de los Reyes simboliza el amor y la generosidad. Luego, le pidió que ayudara a mantener viva la ilusión para su hermano menor.

La magia sigue presente: creando nuevas tradiciones

Lejos de ser el fin de la magia, descubrir la verdad puede abrir nuevas oportunidades para crear tradiciones familiares valiosas. Una vez que los niños saben que Papá Noel es un personaje ficticio, pueden participar activamente en las fiestas, ayudando a envolver regalos o planeando sorpresas para otros.

Por ejemplo, los padres de Lucas, de nueve años, le propusieron convertirse en el "ayudante de los Reyes Magos" para sorprender a sus primos más pequeños. Esta nueva responsabilidad le permitió sentirse incluido en las celebraciones de una manera especial.

Y recuerda que, la verdadera magia de la Navidad no solo está en un trineo volador o en las cartas dirigidas al Polo Norte (que también). Pero también lo está en las risas compartidas, los abrazos cálidos y el espíritu de unión que persiste, incluso cuando los niños ya saben que se trata de una tradición y de una ilusión que, ¿por qué no seguir alimentando de otra manera?

Foto | Portada (Freepik)

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