¿Has oído hablar de las duchas vaginales? Es un método que se utilizaba en el pasado y aún muchas mujeres siguen usándolo creyendo que es bueno para su salud íntima, pero no lo es en absoluto.
La vagina se limpia sola de forma natural, y lavarla en exceso, e incluso hacerlo "por dentro" con duchas vaginales aumenta el riesgo de infecciones al eliminar la barrera de protección natural.
¿Qué es una ducha vaginal?
Una ducha vaginal consiste en lavar la parte interna de la vagina con agua o con un líquido limpiador que se introduce con una especie de tubo (o lo que conoceos como "perita") a modo de ducha.
Se suele utilizar para higienizar la vagina después de la menstruación o tras mantener relaciones sexuales.
Por qué no realizar duchas vaginales en el embarazo (ni nunca)
La parte interna de la vagina está colonizada por la flora vaginal, un conjunto de bacterias buenas y bacterias nocivas que se encuentran dentro de la vagina y mantienen un equilibro natural en un ambiente ácido.
La vagina es un órgano que se limpia solo por dentro, por lo tanto, realizar un lavado vaginal no es en absoluto recomendable. El por qué es bien sencillo, si realizas un lavado interior de la vagina se produce una alteración de la flora vaginal, favoreciendo la proliferación de bacterias perjudiciales y hongos.
Las duchas vaginales pueden alterar ese equilibrio y la acidez natural de una vagina favoreciendo que se produzcan infecciones vaginales.
Riesgos de las duchas vaginales
Como decíamos, las duchas vaginales alteran la flora natural de la vagina predisponiéndola a un mayor riesgo de infecciones vaginales como:
- Vaginosis bacteriana: las mujeres que usan la ducha vaginal con frecuencia (una vez por semana) tienen cinco veces más probabilidades de desarrollarla que las mujeres que no la utilizan.
- Candidiasis vaginal o infección por hongos.
- Las infecciones vaginales están relacionadas con problemas en el embarazo, incluyendo parto prematuro y embarazo ectópico.
- Irritación o sequedad vaginal.
- Agravar una infección existente: si ya tienes una infección vaginal, es posible que la ducha vaginal empuje las bacterias provocando una infección más arriba, en el útero, las trompas de Falopio o los ovarios. Esto puede causar una enfermedad inflamatoria pélvica, un problema de salud grave.
Cómo cuidar tu higiene íntima en el embarazo
La higiene íntima no requiere de complejas técnicas de limpieza, basta con unos sencillos hábitos como:
- Evitar los tampones para retener el exceso de flujo durante el embarazo, pues puede provocar una infección.
- Limpiar la vagina por fuera con agua, y si se utiliza un limpiador que sean productos de higiene íntima que respeten el pH vaginal (ácido).
- Limpiar de delante hacia atrás cuando vayas al baño.
- Utilizar ropa interior de algodón.