La enuresis nocturna es la eliminación nocturna, involuntaria y funcionalmente normal de orina que ocurre cuando el niño lleva ya tiempo controlando esfínteres durante el día, pero es incapaz de hacer lo propio por la noche, a pesar de que por edad (entre cuatro y seis años) ya debería haberlo logrado.
Este hecho suele generar muchas dudas y angustia, tanto en el niño como en los padres, que no saben cómo enfocar la situación. Recientemente, tuvo lugar el Simposio "Novedades en enuresis nocturna", celebrado en el marco del Congreso Anual de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria (SEPEAP). Os contamos qué pautas ofrecieron los pediatras para el abordaje de este problema.
Un trastorno que afecta al 16% de los niños de cinco años
La enuresis nocturna es un trastorno que motiva numerosas consultas al pediatra porque es relativamente frecuente en la infancia. No en vano, afecta al 16% de los niños de cinco años, al 10% de los niños de seis años, y al 7,5% de los niños de diez años. A partir de los 15 años, el problema todavía persiste en un 1-3% de los adolescentes.
"La enuresis es un problema de causa multifactorial, cuya principal consecuencia es la vergüenza y baja autoestima que sufre el niño que la padece" - aseguraba durante el Simposio el doctor Víctor Manuel García Nieto, nefrólogo pediátrico del Hospital Nuestra Señora de la Candelaria.
De hecho, se estima que solo dos de cada cinco padres consideran la enuresis nocturna un problema, y restan importancia al hecho de que su hijo moje la cama pensando que "ya se le pasará solo". Pero en estos casos, lo más recomendable es que el pediatra valore la situación, pues el diagnóstico precoz es muy importante para evitar que el problema se agrave o se alargue en el tiempo.
Enuresis nocturna e incontinencia urinaria
Hasta hace poco tiempo, el término "enuresis" se aplicaba cada vez que ocurría un escape de orina cuando el niño ya controlaba esfínteres, con independencia de si este tenía lugar durante el día o la noche.
Sin embargo, actualmente se prefiere utilizar este término solo para designar a los escapes nocturnos, reservándose el término de "incontinencia urinaria" para los escapes diurnos, o diurnos y nocturnos con implicaciones orgánicas y micciones anormales.
En cambio, en la enuresis nocturna la micción es completa y normal, aunque inconsciente.
¿Qué criterios deben darse para hablar de enuresis nocturna?
Según los expertos, para diagnosticar la enuresis nocturna deben darse los siguientes criterios:
Frecuencia de los escapes nocturnos: Los autores no logran ponerse de acuerdo en este dati, pero la mayoría hablan de episodios que tienen lugar al menos cuatro veces al mes. De todos modos, debe ser el pediatra quien lo valore, pues también se diagnostican casos de enuresis con una frecuencia menor de micción.
En cuanto a la edad en la que tienen lugar estos escapes, se habla del periodo comprendido entre los cuatro y los seis años; es decir, una etapa en la que el niño ya debería haber alcanzado el control vesical durante la noche.
Para hablar de enuresis nocturna, hay que descartar defectos congénitos o adquiridos del tracto urinario. También se desvincula la enuresis a otras enfermedades como la diabetes mellitus o enfermedades neurológicas.
Los episodios de escapes nocturnos han tenido que sucederse durante al menos tres o seis meses.
Igualmente, también es importante tener en cuenta los antecedentes familiares, pues se ha demostrado que el riesgo de padecer enuresis aumenta en 2,4 veces si algún hermano también lo ha padecido, en un 5,2 veces si la madre lo padeció en su infancia y en un 7,1 por ciento si fue el padre quien sufrió de enuresis nocturna.
En la mayoría de los casos, el diagnóstico se hace con la historia clínica detallada del paciente, una exploración física completa y un calendario o diario de los escapes que se han sucedido en las últimas semanas.
Pautas que debemos seguir si nuestro hijo moja la cama
Muchos expertos apuestan primero por seguir un tratamiento conductual antes de comenzar con el farmacológico, pues la enuresis se debe a un retraso madurativo que se acabará solucionando tarde o temprano.
Estas son algunas de las pautas conductuales que recomienda la SEPEAP:
Explicar al niño de manera sencilla cómo funcionan los riñones y la vejiga, para que entienda los mecanismos básicos por los que se produce la enuresis nocturna.
No culpar al niño de la situación ni avergonzarlo. Al contrario, es necesario reforzar la idea de que se trata de un retraso en la maduración de esa área, así como premiar los logros conseguidos.
No se recomienda despertar al niño por la noche para que orine, ni tampoco impedirle beber líquidos. Los expertos consideran más recomendable involucrar al niño en su curación, y a que él mismo tome la iniciativa poniéndose el despertador para levantarse por la noche, o enseñándole a que es mejor no ingerir excesivos líquidos después de las siete de la tarde.
Conviene establecer un período de observación de al menos dos semanas de autorregistros, es decir, escribir un diario o tabla de micciones e involucrar al niño a la hora de rellenarlo.
En cualquier caso, debe ser el especialista quien valore si seguir o no un tratamiento, así como cuándo comenzarlo, pues hay expertos que prefieren empezar en torno a los cinco años de edad, y otros que optan por esperar hasta los ocho o nueve años.
Por ello, nuestro consejo si tu peque aún moja la cama o tienes cualquier duda al respecto, es que consultes cuanto antes con el pediatra, pues en caso de existir un problema de enuresis es mejor solucionarlo cuanto antes. Él te dirá cómo debes proceder y el mejor tratamiento a seguir según vuestro caso concreto.
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Más información | Manejo y diagnóstico terapéutico de la enuresis infantil (SEPEAP), Diagnóstico y tratamiento de la enuresis nocturna (AEP)