Hoy celebramos el Día Europeo del uso prudente de los antibióticos, una iniciativa organizada por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC), que viene celebrándose desde el año 2008.
Según datos de 2017 proporcionados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), España es uno de los países europeos con mayor consumo de antibióticos, siendo los niños quienes reciben con más frecuencia estos medicamentos. Pero los antibióticos no siempre son necesarios, y es importante tomar conciencia sobre los riesgos asociados a un uso indebido.
Los antibióticos no matan virus, pero muchas personas aún lo creen
Con motivo de la Semana Europea dedicada al Uso Prudente de los Antibióticos, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) ha emitido un comunicado para concienciar a la población sobre el consumo responsable de los antibióticos, así como hacer un llamamiento a los pediatras para "facilitar a nuestros pacientes y sus familias información veraz y comprensible sobre el uso correcto de estos medicamentos".
Sin embargo, de acuerdo a los datos recogidos en España por el Eurobarómetro 2016 sobre el conocimiento y consumo de los antibióticos, casi la mitad de los encuestados en nuestro país cree que los antibióticos valen para matar virus y para tratar procesos gripales y catarrales.
Esta falsa creencia puede acarrear graves consecuencias para la salud, pues el consumo inadecuado de antibióticos genera resistencias bacterianas, que deriva en infecciones más graves y de difícil tratamiento, prolongando los ingresos hospitalarios y complicando los procedimientos médicos.
Además, el uso de antibióticos en edades tempranas se ha relacionado con la aparición de alergias, alteración de la flora intestinal del bebé y un mayor riesgo de obesidad.
Desde la AEPap pretenden mejorar los conocimientos de la población española sobre el uso de antibióticos mediante la creación del Rincón del antibiótico, un espacio dirigido a las familias con artículos científicos, información y respuestas a las principales dudas que nos surgen a los padres a la hora de administrar este tipo de medicamentos a nuestros hijos.
Además, recuerdan que la manera más efectiva de disminuir la utilización de antibióticos es a través de la prevención de las infecciones, que pasaría por un lavado frecuente de manos y tener todas las vacunas del calendario al día, incluídas aquellas recomendadas para grupos de riesgo.
Decálogo del buen uso de los antibióticos
La AEPap publicó hace tres años un decálogo descargable sobre el uso responsable de los antibióticos, bajo el lema "Antibióticos: grandes aliados, si son bien utilizados". Con motivo del Día que hoy celebramos hemos querido recordar las pautas que los pediatras recomiendan ante la administración de estos medicamentos:
Los antibióticos han salvado millones de vidas. Es imprescindible usarlos adecuadamente para que sigan siendo útiles.
Solo son efectivos para las infecciones causadas por bacterias. La mayoría de las infecciones infantiles están causadas por virus y por eso no se curan ni alivian con antibióticos.
La fiebre no se trata con antibióticos. Su presencia no significa que sean necesarios.
La ley prohíbe vender antibióticos sin receta. Solo el médico los puede prescribir. No se deben tomar sin su supervisión.
No se deben usar los antibióticos que hayan sobrado de otros tratamientos. Estos se deben llevar al punto SIGRE (puntos de recogida en las farmacias) para su reciclaje.
Los antibióticos se deben tomar en las dosis, pautas y durante el tiempo que haya recomendado el médico.
No se deben suspender los antibióticos aunque desaparezcan los síntomas de la enfermedad salvo por indicación médica.
Los antibióticos son medicamentos seguros pero en algunos casos pueden tener efectos secundarios o producir alergias. En estos casos se debe consultar con el médico.
Los antibióticos mal usados dejan de ser efectivos porque las bacterias se hacen resistentes a sus efectos. Esto supone un problema sanitario grave.
Los antibióticos han de utilizarse con ciertas precauciones durante el embarazo y la lactancia. Estas circunstancias deben ser comunicadas a su médico.