Ocupa un lugar destacado en las noticias y en las conversaciones y es que en España la gripe A está haciendo estragos. Pero ojo, porque para la gripe no sirven los antibióticos (ni tampoco para los resfriados), como creen erróneamente hasta un 45 % de los españoles y un 40% de los europeos.
Lo malo es que ese desconocimiento lleva al mal uso de los antibióticos y esto está provocando una mayor resistencia a este medicamento. Según la Organización Mundial de la Salud, si únicamente se tomaran los antibióticos realmente necesarios, esto es, para tratar infecciones por bacterias, se reduciría el riesgo de su uso indebido.
Además de aumentar el riesgo de infecciones bacterianas resistentes a los medicamentos, el uso excesivo de antibióticos puede matar a las bacterias saludables que viven en el cuerpo, lo cual puede causar náuseas y diarrea o candidiasis vaginales en las mujeres. Además, se aumenta el riesgo de una reacción alérgica.
Por todo ello hay que aumentar la información que llega a la sociedad sobre estos fármacos, con el fin de obtener un uso más prudente. Los antibióticos no sirven para curarlo todo, es decir, no son útiles en todos los casos y dejarán de ser útiles si, en los casos necesarios, no se utilizan del modo correcto.
Según la OMS, la resistencia a los antibióticos es actualmente una de las mayores amenazas para la salud mundial. Está alcanzando niveles alarmantes en todo el mundo y compromete la capacidad de tratar las enfermedades infecciosas, poniendo a las personas en riesgo. Este es el vídeo de la OMS que nos recuerda en pocos minutos la importancia de estas cuestiones y que se incluye dentro de la campaña mundial "Antibióticos, manéjalos con cuidado".
Decálogo del buen uso de los antibióticos
Terminamos recordando el Decálogo sobre el buen uso de los antibióticos de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria:
Los antibióticos han salvado millones de vidas. Es imprescindible usarlos adecuadamente para que sigan siendo útiles.
Solo son efectivos para las infecciones causadas por bacterias. La mayoría de las infecciones infantiles están causadas por virus y por eso no se curan ni alivian con antibióticos.
La fiebre no se trata con antibióticos. Su presencia no significa que sean necesarios.
La ley prohíbe vender antibióticos sin receta. Solo el médico los puede prescribir. No se deben tomar sin su supervisión.
No se deben usar los antibióticos que hayan sobrado de otros tratamientos. Estos se deben llevar al punto SIGRE (puntos de recogida en las farmacias) para su reciclaje.
Los antibióticos se deben tomar en las dosis, pautas y durante el tiempo que haya recomendado el médico.
No se deben suspender los antibióticos aunque desaparezcan los síntomas de la enfermedad salvo por indicación médica.
Los antibióticos son medicamentos seguros pero en algunos casos pueden tener efectos secundarios o producir alergias. En estos casos se debe consultar con el médico.
Los antibióticos mal usados dejan de ser efectivos porque las bacterias se hacen resistentes a sus efectos. Esto supone un problema sanitario grave.
Los antibióticos han de utilizarse con ciertas precauciones durante el embarazo y la lactancia. Estas circunstancias deben ser comunicadas a su médico.
Más información | OMS, AEPap
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